El artefacto colocado en el coche que un hombre empotró ayer contra la sede nacional del PP se activaba en el momento, encendido las cabezas de cerillas colocadas como iniciador, o a través de un temporizador, según explicó en rueda de prensa el jefe superior de la Policía de Madrid, Alfonso José Fernández Díez.

Los agentes expertos en explosivos que examinaron el turismo albergan dudas de su efectividad, ya que el número de cabezas de fósforos podía no ser suficiente para provocar la explosión del artefacto.

No obstante, insistió en que había posibilidades reales de que explosionara, una deflagración que hubiera afectado, según el jefe policial, gravemente a la estructura de la planta baja y de manera colateral a otras plantas de la sede del PP y a edificios aledaños, aunque no hubiera provocado el derrumbamiento del edificio.

Todo parece indicar que el conductor del coche, Daniel P.B., quien fue detenido minutos después, no tenía la intención de inmolarse en el lugar, ya que avisó a los agentes que custodiaban la sede del PP de que el artefacto podía explotar "en una hora y media" a través de un temporizador. "Salir de allí, salir de allí", dijo a los policías cuando se apeó del coche.

La Policía conocerá más detalladamente el modus operandi y la preparación previa del artefacto una vez le tome declaración al apresado para confeccionar el atestado, ya que de momento le están trasladando a Los Bronchales (Teruel), su municipio de origen, donde harán un reconocimiento de su casa para conseguir pruebas y otros indicios.

De momento, el único móvil que alegó el detenido es que "quería atentar contra toda la clase política, no de un partido en concreto, porque los políticos le habían causado la ruina", relató el jefe superior de la Policía de Madrid. "Estaba harto de la situación y por eso quería una acción reivindicativa", señaló.