La crisis de UPyD parece no haber tocado fondo, pese al suficiente respaldo que Rosa Díez logró el sábado, y hoy siguen las dimisiones en la dirección y han empezado las maniobras de acercamiento a Ciudadanos por parte de algunos dirigentes críticos, como Toni Cantó.

La última dimisión se ha producido esta mañana y ha sido la del portavoz en la Asamblea de Madrid, Luis de Velasco, quien se ha sumado a sus compañeros, los diputados Irene Lozano y Álvaro Anchuelo y los dirigentes David Andina y Rodrigo Tena, que lo hicieron hace justo una semana al considerar que la dirección ha eludido sus responsabilidades por el desastre en Andalucía.

Él no ha pedido la dimisión de Rosa Díez como sí exigieron los otros dirigentes, pero sí que es partidario, igual que ellos, de buscar acuerdos con el partido de Albert Rivera.

Defienden que tras las elecciones andaluzas ha quedado claro que UPyD no ha sido capaz de conectar con el electorado, ya que no solo no logró entrar en el Parlamento sino que consiguió aún menos apoyos que en 2012.

Ciudadanos, en cambio, ha irrumpido a la primera con nueve escaños, un resultado que ha puesto de relieve para estos dirigentes de peso lo errado del rumbo político de la formación magenta.

Pese a que ellos perdieron y Rosa Díez ganó el sábado en el congreso extraordinario de UPyD convocado precisamente para calibrar qué peso tiene cada bando en esta guerra, Toni Cantó ha decidido explorar por su cuenta si tiene el respaldo necesario para crear en la Comunidad Valenciana una plataforma y negociar una marcha en bloque a Ciudadanos.

Aún no tiene nada acordado con esa fuerza política, ha asegurado a Efe, pero es una opción que Cantó ya planteó en el cónclave del sábado y de la que también es partidario el único diputado de UPyD en el Parlamento asturiano, Ignacio Prendes.

Prendes fue el primero en dejar la dirección del partido y lo hizo en diciembre pasado, después de que las negociaciones emprendidas con Ciudadanos para intentar un acuerdo electoral no llegaran a buen puerto por la falta de interés del entorno de Díez, según han señalado fuentes del entorno de este sector crítico.

Ni Prendes ni Cantó se han apuntado al carro de Ciudadanos tras la debacle electoral de hace una semana sino que ya se posicionaron a favor de esta idea a raíz de que el exeurodiputado Francisco Sosa Wagner arrancara este debate el verano pasado.

Convencidos entonces de que era conveniente sumar con el partido de Rivera para abrir una vía potente frente al bipartidismo, ahora se sienten cargados de razón para hacerlo, una vez que las urnas han hablado.

Y desde la dirección les recuerdan, sobre todo a Cantó, que ya ha tomado la iniciativa, que están obligados a respetar las decisiones de la mayoría, y así lo ha afirmado el nuevo número dos de UPyD, Andrés Herzog, quien ha insistido en que los militantes, por boca del Consejo Político, han decidido ser un partido "autónomo" frente a Ciudadanos, por segunda vez en siete meses.

Como en toda organización democrática, ha dicho a los periodistas, la mayoría decide "y la minoría acata" las resoluciones y en UPyD, ha subrayado, se ha acordado seguir siendo un proyecto independiente.

El hecho de que hoy se haya producido una nueva dimisión no significa que el partido tenga que recapacitar o revisar otra vez su rumbo político, ha señalado Herzog al recalcar que una mayoría suficiente (más del 60 por ciento) del cónclave del sábado apostó por la propuesta de la ejecutiva.

Como cada lunes, esta tarde ha vuelto a reunirse el consejo de dirección (21 miembros incluida Díez), aunque esta vez con cinco miembros menos, tras las dimisiones del lunes.

Son en total seis bajas (incluida la de Prendes) que no se han repuesto y que debería hacerse, aunque tal como ha explicado el número dos del partido, tampoco los estatutos marcan plazos en este sentido.

Aunque no es probable porque los miembros de la dirección que quedan parece que se mantienen fieles a Rosa Díez, sí que hay que tener en cuenta que UPyD está a sólo dos dimisiones más de que el partido tenga que ser administrado por una gestora, mientras se convoca un congreso extraordinario y se elige una nueva dirección, según fuentes de la formación.