El que fuera juez estrella de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón carga en "El fango", su crónica sobre 40 años de corrupción en España, contra "la persecución de los jueces por el Partido Popular" -que le merece un epígrafe completo en el libro- y contra el Tribunal Supremo, especialmente contra el presidente de la Sala de lo Penal de este órgano, Manuel Marchena.

El libro, editado por Debate y que será presentado este jueves en Madrid, realiza un "recorrido necesario por 40 años de corrupción en España", analizando los casos que más impacto social tuvieron en su momento y en muchos de los cuales Garzón intervino directamente como juez instructor. Entre otros asuntos el libro analiza lo ocurrido con los casos "Juan Guerra", "Gal", "Roldán", "Gürtel", "Nóos", "Matas" o "Pujol".

En estos capítulos Garzón no cita expresamente a ningún cargo del PP excepto a la expresidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre, de quien recalca su papel de "permanente incógnita en todas las tramas y a quien cita la Fiscalía, pues dirigía el Gobierno que más contratos adjudicó a la trama corrupta".

Sobre el PP, el juez que fue inhabilitado por once años por intervenir las comunicaciones en prisión con sus abogados de los implicados en el "caso Gürtel" señala que su estrategia "ante los indicios de corrupción y los numerosos imputados del partido, tanto en Madrid como en Valencia o en Galicia" ha sido siempre la de una defensa legal ''numantina".

BÚSQUEDA DE "JUECES MANEJABLES".

Esta estrategia ha consistido, según Garzón, en personar al partido como ''perjudicado'' en las distintas causas "para poder así estar al corriente de todas las actuaciones judiciales alrededor del caso y buscar la recusación del juez o el traspaso de la causa a tribunales más manejables, con todo lo que ello tristemente implica".

Así, el exjuez de la Audiencia Nacional habla de "asedio" propiciado por el PP al relatar la coincidencia en el tiempo de hasta tres causas contra él en el Tribunal Supremo -por las escuchas de ''Gürtel'', investigar sin competencia los crímenes del franquismo y la realización de unos cursos en la Universidad de Nueva York-.

El relato sobre esta última causa le sirve a Garzón para cargar duramente contra el actual presidente de lo Penal del Tribunal Supremo, Manuel Marchena, que fue el instructor de la misma y que la archivo al considerar los hechos prescritos.

De estos cursos afirma el juez en su libro que nunca percibió ni administró "un sólo dólar" de los mismos y que la causa ya había sido archivada inicialmente "volviéndose a iniciar a pesar de que no existía delito y de que incluso el que se investigó arbitrariamente estaba prescrito, como reconoció cínicamente el magistrado Marchena".

A su juicio, las tres causas estaban planeadas desde el principio para acabar con él. "Al final se comprobó cuál era la estrategia: jugar con los tiempos, retrasando la causa del franquismo para avanzar con la de Gürtel y dejar en la recámara, por si acaso, la tercera".

JUECES DE LA GÜRTEL

Sobre los diferentes jueces que han visto la causa "Gürtel", Garzón se refiere al magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) Antonio Pedreira -quien ostentó la instrucción mientras hubo imputados- como "a quien en círculos del PP se considera un juez influenciable".

Sobre Ruz, comenta que en principio "era el preferido por el PP", por lo que su trabajo "no molestó inicialmente" al partido.

"La estrategia cambió radicalmente una vez que las decisiones del juez fueron las que debían ser: ratificación de las intervenciones telefónicas acordadas por mí; rechazo del PP como acusación y su señalamiento como partícipe a título lucrativo y entrada y registro en la sede central del partido", algo esto último que a juicio de Garzón "se adoptó tarde, demasiado tarde".

En este contexto y en el de la "Operación Púnica" contra otra trama de corrupción que implica indiciariamente también a cargos del PP sitúa Garzón la convocatoria del "macroconcurso" de traslados que pondrá punto y final a la permanencia de Ruz en la Audiencia Nacional en las próximas semanas.

"Aparentemente se le da espacio para terminar, pero bien es sabido que cualquier planteamiento de recursos o práctica de diligencias puede dilatar la conclusión de los aspectos más importantes de Gürtel, especialmente el de la financiación", afirma Garzón en su libro.

También critica el juez suspendido que el PP en este año electoral "se ha puesto la capa de la anticorrupción y la transparencia", si bien aprovecha su mayoría parlamentaria para fulminar cualquier propuesta de la oposición para garantizar el ejercicio jurisdiccional de aquellos jueces que instruyen estos asuntos.