La Comisión Europea (CE) ha instado a España a tomar medidas para ejecutar su presupuesto este año a rajatabla y a modificar "cuanto antes" el plan para 2016, al tratarse de unas cuentas que considera "optimistas" y que cree que encaminan al país a incumplir sus objetivos de reducción de déficit.

La opinión del Ejecutivo comunitario publicada hoy rebaja las previsiones del Ejecutivo español tanto en términos de crecimiento y reducción del déficit, como respecto a la caída de la tasa de desempleo, que estima que se mantendrá en el 22,4 % este año y el 20,6 % el próximo.

Confirma así lo adelantado hace una semana por el comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, el socialista Pierre Moscovici, en unas declaraciones envueltas en polémica que apuntaban a que con estos números sobre la mesa, España no cumplirá con la disciplina fiscal.

En concreto, el país superará en tres y siete décimas su meta de déficit para 2015 y 2016, pese a que el Gobierno afirma que logrará alcanzar el 4,2 % y 2,8 % del PIB comprometidos, respectivamente.

Además, el Gobierno español espera un crecimiento del 3,3 % del PIB este año, que la Comisión ve "plausible" pese a esperar un avance del 3,1 %. En cambio, la CE considera optimista la expansión del 3 % que prevé Madrid para el año que viene, tres décimas por encima de la que baraja la institución.

La Comisión advierte también del riesgo de que la situación empeore en el mundo debido a las turbulencias que llegan de los mercados emergentes y esto pueda lastrar el crecimiento español.

Al evaluar la corrección del desvío presupuestario, la CE descarta algunas medidas que incluye el Gobierno español en su plan, como los ingresos de la tasa a las transacciones financieras, un proyecto que se encuentra estancado y cuya viabilidad está en cuestión.

También toma una postura "más conservadora" respecto al impacto positivo que pueden tener las medidas de lucha contra el fraude y no tiene en cuenta el ahorro derivado la transferencia de servicios sanitarios, educativos y sociales de entidades locales a las regionales, ya que "no es probable que tenga un efecto neto a nivel de Gobierno general".

En el apartado positivo, la Comisión reconoce el impacto de las reformas ya emprendidas y el crecimiento superior de España respecto a la media de sus socios de la eurozona.

Considera, además, que si se mantiene la buena marcha de los ingresos fiscales, hay una "posibilidad de que el resultado presupuestario sea mejor de lo esperado", según el vicepresidente de la CE para el Euro y el Diálogo Social, Valdis Dombrovskis.

En resumen, la Comisión ve que sus diferencias con los cálculos de España se deben a las estimaciones "algo más optimistas" de Madrid y a que considera que algunas de los "ahorros esperados no están respaldados por medidas concretas".

Bruselas pide ahora al Ejecutivo español que ejecute "rigurosamente el presupuesto de 2015" y que adopte las "medidas necesarias" durante la tramitación final del presupuesto para "garantizar" que cumple el objetivo fiscal.

Pero ante la certeza de que el Ejecutivo español no va a cambiar el plan presupuestario antes de su aprobación final en los próximos días en el Parlamento, tal y como ya avisó el ministro español de Economía, Luis de Guindos, pide al Gobierno resultante de las elecciones de diciembre que presente un plan actualizado y detallado "lo antes posible".

El plan presupuestario español se ha visto envuelto en la polémica a su paso por Bruselas, primero por su inesperada llegada un mes antes de lo previsto y segundo por el también sorpresivo retraso de la aprobación de la opinión presupuestaria después de que fuera anunciada para el pasado martes.

Fue el propio presidente de la Comisión Europea, el conservador Jean-Claude Juncker, el que paró su aprobación, desdiciendo a Moscovici, pese a lo que Bruselas ha hecho hoy un esfuerzo por negar cualquier injerencia política en el proceso.

"Si alguien quiere ver algo más allá, allá ellos, pero nosotros hacemos un trabajo objetivo y utilizamos reglas. No hay ideología en nuestro trabajo", aseguró Moscovici.

El comisario aseguró que aunque gracias a este retraso se ha tenido en cuenta la información recabada la semana pasada por la misión de vigilancia posterior al rescate bancario, las "diferencias" entre la Comisión y el Gobierno "siguen siendo las mismas".