El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha vuelto a tender la mano a Podemos mientras que el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha hecho lo propio con el PP en el objetivo de salvar la investidura del líder socialista, que sigue abocada al fracaso ante la falta de apoyos.

Ante el portazo que ha recibido después de su acuerdo de legislatura con Ciudadanos, Sánchez ha reconocido que espera "poco o nada" del PP pero que confía "mucho" en que los partidos de izquierda, entre ellos Podemos, le apoyen antes de "perpetuar" en el poder a Mariano Rajoy.

Sánchez ha alertado de que sería "bastante incomprensible" para los votantes de Podemos que su líder, Pablo Iglesias, votara junto con Rajoy en contra de un candidato socialista y, por eso, sigue con "la mano tendida" y dispuesto a reanudar las conversaciones para que prospere su investidura la próxima semana.

Argumento repetido por el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, que también vería "muy curioso" ver votar al PP en contra de la investidura de Pedro Sánchez junto a Podemos y Bildu.

Rivera ha justificado que ahora vaya a apoyar un gobierno del PSOE cuando lo negó una y otra vez en campaña en que el documento del acuerdo recoge "el 80 por ciento" de su programa electoral y lleva una "tinta naranja importante".

Al igual que Pedro Sánchez, el líder de Ciudadanos ha tendido la mano, aunque en su caso a la derecha, y ha emplazado a Mariano Rajoy a que se sume al pacto con el PSOE porque hay "pocas excusas" para no hacerlo "más allá de las sillas".

Para Rivera los votantes del PP comparten "muchas" de las cuestiones recogidas en el acuerdo y por eso ha pedido formalmente verse con el presidente en funciones.

Oferta que ha rechazado de plano el PP, que le ha acusado de ser el "correveidile" del PSOE.

Rafael Hernando dice está dispuesto a sentarse a dialogar pero después de ese "día de la marmota" en que se convertirá el debate de investidura en el que, ha dejado bien claro, el PP votará no.

"No votamos a ZP y no vamos a votar a ZPedro", ha ironizado Hernando, que ha calificado a Rivera de haberse convertido en la "percha" de la que cuelga Sánchez, aunque se trata de una percha "muy poco sólida".

Críticas también de la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, que ha afirmado que PSOE y Ciudadanos "no pueden engañar" a los españoles con su pacto pues no es un acuerdo "ni de gobierno, ni de investidura, ni de legislatura, porque no suma".

Podemos también ha rechazado la "mano tendida" de Sánchez porque entiende que no hay ningún motivo para reanudar el diálogo con el PSOE.

El responsable de Relaciones con los Movimientos Sociales, Rafael Mayoral, ha dicho no a ese diálogo si el PSOE mantiene su alianza "con los representantes políticos de la banca" certificada en el pacto con Ciudadanos.

No obstante, Mayoral, que forma parte del equipo negociador de Podemos, ha lanzado un llamamiento al secretario general de los socialistas para que "reflexione" y eche "atrás" el documento que ha firmado con Ciudadanos.

Una solicitud a Sánchez que han repetido dos de las llamadas confluencias, los catalanes de En Comú Podem, y los gallegos de En Marea.

También el PNV ve complicaciones tras el acuerdo del PSOE con Ciudadanos. El presidente del partido, Andoni Ortuzar, considera que el elevado grado de concreción y la extensión del documento dificulta que otros partidos puedan sumarse a las negociaciones, aunque el PNV seguirá dialogando con los socialistas.

Pese a la falta de apoyos, el PSOE prepara para este sábado la consulta a la militancia sobre su pacto de legislatura con el partido de Albert Rivera.

Pedro Sánchez ha divulgado hoy un vídeo en el que pide a los militantes socialistas que respalden el acuerdo "progresista y reformista" pactado con Ciudadanos porque es beneficioso para España y "coherente con los valores centenarios" del partido.

La consulta en urna será este sábado, pero desde mañana, viernes, los afiliados pueden votar a través de internet si lo han solicitado previamente.

Sánchez subraya que el pacto alcanzado con Rivera responde al objetivo que se marcó tras recibir el mandato del Rey de formar gobierno de "negociar, dialogar y entenderse con formaciones a la izquierda y a la derecha".