Dirigentes y cargos públicos de Podemos han aunado sus esfuerzos para circunscribir las dimisiones en la dirección de Madrid al contexto autonómico y negar que exista cualquier tipo de discrepancia en torno a la estrategia a seguir en las negociaciones de investidura con el PSOE. No obstante, algunas voces del partido consideran que el momento elegido por los dimisionarios para dar un paso atrás no es el más oportuno.

Así, desde el partido morado hay quienes lamentan que las dimisiones se hayan producido ahora, en plenas negociaciones de investidura, cuando las "diferencias" de los ya exdirigentes con el secretario general autonómico, Luis Alegre, venían produciéndose desde hace tiempo, según han explicado a Europa Press fuentes del entorno del líder regional. Eso sí, al mismo tiempo han mostrado su respeto por la decisión.

La dirección nacional se ha centrado este jueves en defender el "compromiso férreo" que existe por parte de todos sus miembros con la estrategia desarrollada hasta ahora en las negociaciones, que pasa por seguir tratando de convencer al PSOE para formar un gobierno de progreso, y de rechazar cualquier pacto que incluya a Ciudadanos.

Asimismo, se han esforzado en hacer ver que el problema por el que atraviesa el aparato del partido en Madrid es un asunto exclusivamente autonómico, que no tiene traslación al ámbito nacional. Aún así, algunos dirigentes del partido han mostrado sus dudas sobre el momento elegido, considerándolo poco oportuno.

Uno de los dirigentes, consultado por Europa Press, habla de "irresponsabilidad" a la hora de tomar esta decisión, que a la vez achaca a la inexperiencia en política. Asimismo, reconoce sus dudas sobre las consecuencias que tendrán estos movimientos más allá del ámbito autonómico, y rechaza las formas empleadas.

Otro de los cargos públicos consultados critica "la falta de oportunidad" de estas dimisiones, a pesar de que los dimisionarios habían asegurado, según explica, que su intención no era "dañar la imagen del partido". Con este movimiento han conseguido, a su juicio, "todo lo contrario".

Desde el sector más cercano a Alegre y al líder del partido, Pablo Iglesias, consideran también que serán los ya exdirigentes madrileños los encargados de medir las consecuencias de sus actos, ya que cada uno debe asumir sus "responsabilidades". "CAMPAÑA" CONTRA PODEMOS POR NO QUERER LA GRAN COALICIÓN

Al margen de estas consideraciones sobre la idoneidad del momento elegido por los dimisionarios, la totalidad de dirigentes del partido han coincidido en denunciar la "campaña" de la que, a su juicio, está siendo víctima su partido por parte de las "élites", que pretenden dividirles por suponer un obstáculo a sus planes de la "gran coalición".

En Podemos consideran sospechoso que se estén volviendo a airear ahora las diferencias ideológicas que existen en la organización, al mismo tiempo que el PSOE se aleja de la posibilidad de negociar con ellos un gobierno de progreso y afianza su pacto con Ciudadanos.