Ausbanc y Manos Limpias tejieron una red de extorsión a bancos a cambio de darles publicidad y de retirar acusaciones en las que se personaba el sindicato, como ocurrió con la infanta Cristina, cuando llegaron a pedir 3 millones de euros a dos entidades para dejar de acusarlas en el caso Nóos.

Las cúpulas de ambas organizaciones, con sus máximos dirigentes a la cabeza -Luis Pineda, de Ausbanc, y Miguel Bernad, de Manos Limpias-, fueron detenidas por la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) en una operación, llamada Nelson, en la que se investiga prácticas de extorsión a bancos.

Fuentes policiales informaron de que uno de los asuntos que se intentan aclarar es el presunto chantaje a La Caixa y al Banco Sabadell, a los que se habría solicitado un total de 3 millones de euros para que Manos Limpias retirase su acusación contra la infanta Cristina, la única que se ejerce contra ella en el caso Nóos.

Precisamente, los abogados de la infanta Cristina han reconocido que existió una conversación que, tanto en el ámbito profesional como deontológico, les incomodaba y que pusieron en conocimiento de las autoridades judiciales y de la Policía.

En cualquier caso, el letrado Miquel Roca subrayó que "nunca aceptarían un acuerdo extrajudicial" sobre la infanta, mientras que la abogada de Manos Limpias en el caso Nóos, Virginia López Negrete, aseguró que no retirarán la acusación contra la infanta Cristina y los otros 16 acusados, que mantendrán "hasta el final del proceso".

No es el único caso que se investiga. La UDEF cree que ambas organizaciones trabajaban de forma coordinada y no eran realmente asociaciones sin ánimo de lucro, sino que su objetivo era obtener beneficios para sus dirigentes, para lo que utilizaban como pantalla la protección de los consumidores y las iniciativas judiciales.

De hecho, una de las entidades llegó a pagar alrededor de un millón de euros en un año en concepto de "publicidad", cuando en realidad estos pagos respondían a un chantaje.