El expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa ya se encuentra en la sede de la Audiencia Nacional, donde hoy comienza el juicio contra los 65 usuarios de las tarjetas "opacas", acusados de apropiarse de forma continuada del patrimonio de la extinta entidad.

A su entrada, en torno a las 9.10, Blesa ha sido increpado por una docena de preferentistas de la antigua caja, con gritos de "qué desgraciados, qué desgraciados, que roban el dinero a los jubilados".

La llegada del expresidente de Caja Madrid se ha producido instantes después de que los consejeros Estanislao Rodríguez-Ponga y Juan Emilio Iranzo accedieran al complejo entre fuertes medidas de seguridad.

El expresidente de la patronal madrileña CEIM Arturo Fernández ha sido otro de los madrugadores al entrar apenas minutos más tarde, aunque como el resto de acusados tampoco ha querido hacer declaraciones a la multitud de medios de comunicación concentrada frente a las puertas de la Audiencia Nacional.

A las 10.00 está previsto que la sección cuarta de la sala de lo Penal, que preside la juez Ángela Murillo, inaugure la primera de las sesiones, momento en el que los letrados de las partes expondrán sus cuestiones previas.

El pasado 1 de febrero, el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu ordenó la apertura de juicio oral por el caso de las tarjetas "opacas", al reconocer indicios suficientes de administración desleal por parte de Blesa, el exministro Rodrigo Rato y el exdirector general de Caja Madrid Ildefonso Sánchez Barcoj, con el propósito de apropiarse de forma continuada e indebidamente del patrimonio de Caja Madrid.

Esa entidad fue una de las siete que se fusionaron en 2011 para dar lugar a Bankia, ya presidida por Rodrigo Rato y que al año siguiente recibió unos 22.000 millones de euros de fondos públicos para hacer frente al agujero financiero que tenía.

Sobre Rato y Blesa pesan peticiones de cárcel que van desde los cuatro y cinco años, respectivamente, que reclama la Fiscalía Anticorrupción, a los seis y diez que pide Bankia, que ejerce una acusación particular.

Asimismo, la Fiscalía pide que los acusados indemnicen a Bankia, heredera legal de Caja Madrid, y que Blesa devuelva los 9,34 millones de euros gastados por todos los usuarios de las tarjetas "opacas" durante buena parte de su mandato a partir de 2003 y hasta 2010.

Y 2,69 millones a Rato por los cargos que se hicieron desde su llegada a Caja Madrid hasta su salida de Bankia.

Entre los gastos realizados por los exconsejeros y exdirectivos de Caja Madrid destacan 3 millones de euros en restaurantes, dos millones en disposiciones de efectivo, más de 1,5 millones en desplazamientos y viajes, más de 1 millón en grandes almacenes, cerca de 800.000 euros en hoteles y unos 700.000 en ropa y complementos.

La utilización de todas estas tarjetas, según los datos de los informes elaborados por Bankia, no aparece conectada con los gastos de representación o relacionados con actividades profesionales de sus titulares, como por ejemplo cargos elevados por compras de alimentación, grandes superficies, ropa o retiradas de efectivo.