La debacle electoral sufrida ayer por el PSOE en Galicia y el País Vasco, donde los socialistas cosecharon los peores resultados de su historia y se vieron superados por las listas de Podemos, coloca al secretario general del partido, Pedro Sánchez, en situación de extrema debilidad ante sus críticos, en un momento de tensión interna máxima.

Los dos sectores enfrentados del PSOE esperaban ansiosos el resultado de las urnas: la dirección confiaba en que, esta vez también, los sondeos errarían en sus predicciones y esperaban coger aire para defender su estrategia a escala nacional; mientras que los críticos temían una nueva derrota que anotar en el curriculum de Sánchez y apuntaban que podría ser el momento de exigir responsabilidades.

Y anoche se confirmaron los peores pronósticos: los socialistas obtuvieron sus peores resultados de la historia en Galicia y el País Vasco, con sorpasso incluido, pese a que hasta el último momento Ferraz confiaba en que En Marea no se impondría al PSdG.

Sin embargo, finalmente la coalición morada superó en más de 16.000 votos a los socialistas gallegos, aunque empataron en escaños. Y, a su vez, se han alejado aún más del PP, que ha conseguido revalidar su mayoría absoluta, de manera que el presidente en funciones, Alberto Núñez Feijóo, seguirán gobernando sin necesidad de apoyos.

Por su parte, en el País Vasco, los socialistas cayeron hasta la cuarta posición, por detrás del PNV, EH Bildu y Podemos, y, tras perder siete escaños, se han quedado con nueve, los mismos que el PP. Eso sí, el PSE puede ser clave para el partido del lehendakari, Iñigo Urkullu, que podría valerse de sus escaños para la mayoría absoluta.

El primer aviso de los críticos llegó ayer de la secretaria general del PSOE de Sevilla y diputada en el Parlamento de Andalucía, Verónica Pérez, muy próxima a Susana Díaz, quien ha mostrado su "hartazgo" por los que irónicamente ha calificado como "resultados históricos" de su partido en las elecciones autonómicas de Galicia y Euskadi. "¿Y ahora qué?", preguntó mediante un mensaje en Twitter.

Mientras, el secretario de Organización del PSOE, César Luena, fue el único dirigente nacional en hablar y admitió el resultado "negativo" en ambas. Aunque evitó profundizar en el análisis, subrayó que ha sido "una campaña con unas condiciones muy difíciles para el PSOE". Luena dijo que, "obviamente", no estaban satisfecho, aunque agradeció el trabajo de sus militantes y el apoyo recibido. Asimismo, remarcó que son determinantes para gobernar en el País Vasco y confió en lograr un escaño más en Ourense, y superar así en diputados a Podemos.