El rey de España, Felipe VI, se encontró a primera hora de la mañana con el presidente israelí, Reuvén Rivlin, con el que recordó la relevancia de Simón Peres "como uno de los constructores de la paz en Oriente Medio", poco antes de acudir juntos al funeral de Estado que tiene lugar en Jerusalén.

El monarca español abordó con Rivlin "el reconocimiento de la figura de Peres" como uno de los mayores impulsores en lograr la paz en la región, informaron fuentes de la Casa Real en Jerusalén.

Ambos también trataron sobre relaciones bilaterales, los lazos históricos entre los dos países, que cumplen este año treinta años desde el establecimiento de relaciones y analizaron la situación regional.

Además, hablaron de la reciente concesión de nacionalidad española por carta de naturaleza a los judíos sefardíes, e intercambiaron invitaciones mutuas para realizar visitas oficiales a España e Israel.

Tras el encuentro, solicitado a petición del propio Rivlin y en el que también participó el ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel García-Margallo, ambos partieron en la misma comitiva hacia el cementerio del Monte Herzl, donde Peres es enterrado en la parcela reservada a los "Grandes de la Nación".

El protocolo israelí reservó un lugar privilegiado a Felipe VI en las exequias, en primera fila -tocado con una kipá o solideo- y sentado a la derecha del presidente de Israel y junto al primer ministro, Benjamín Netanyahu, y su esposa Sara.

Un privilegio aún más señalado si se tiene en cuenta el alto nivel de las delegaciones internacionales, que cuentan con la presencia de 24 jefes de Estado y diez jefes de gobierno, entre ellos el de Estados Unidos, Barack Obama; de México, Enrique Peña Nieto; de Alemania, Joachim Gauck; de Francia, François Hollande, y de Italia, Matteo Renzi, así como el príncipe Carlos de Inglaterra y el gran duque Enrique, jefe de estado de Luxemburgo.

Peres falleció en la madrugada del pasado miércoles, dos semanas después de sufrir un accidente cerebrovascular.