La elección de los tres miembros de la Mesa del Comité Federal del PSOE va a ser la primera pugna entre los partidarios de Pedro Sánchez y del sector crítico ante la controversia suscitada sobre los asuntos que se deben tratar en la reunión del máximo órgano del partido.

La designación de la Mesa, encargada de presidir y dirigir el debate, va a ser el prólogo de la sesión y de ella pueda depender cómo derive la deliberación que haya entre los cerca de 300 delegados que integran el Comité Federal, entre los que habría que descontar a los miembros que han dimitido esta semana de la Ejecutiva.

La Mesa está integrada por un presidente, un vicepresidente y un secretario de actas.

El reglamento del Comité establece que la Mesa "se constituirá en cada reunión" y sus tres vocales son elegidos por "el período de un año".

No obstante, desde que Pedro Sánchez asumió la secretaría general del PSOE, en julio de 2014, ha habido un pacto tácito para que la dirigente andaluza Verónica Pérez presida la Mesa, con el vasco Rodolfo Ares en la vicepresidencia y la alcaldesa de L''Hospitalet de Llobregat, Núria Marín, de secretaria.

Pérez, estrecha colaboradora de la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, se declaró el pasado jueves "la única autoridad" del PSOE por ser la presidenta de la Mesa del Comité Federal y considerar cesado a Sánchez como líder del partido.

Ferraz, sin embargo, no reconoce a Pérez tal poder porque esa presidencia no es un cargo orgánico y podría ser elegida otra persona en su lugar al comienzo del Comité Federal de hoy.

Pérez es crítica con Sánchez, mientras que Ares y Marín están de su lado, por lo que en esta ocasión podría ser necesaria una votación para determinar quiénes ocupan cada puesto.

El control de la Mesa puede hacer que se mantenga el orden del día o que se modifique, a lo que aspiran los críticos.

La convocatoria, acordada por la Ejecutiva en funciones el pasado jueves, fija dos puntos: dar cuenta de la dimisión de los 17 miembros de la Ejecutiva y convocar el congreso en noviembre y las primarias a secretario general el 23 de octubre.

Los críticos, en cambio, creen que esta convocatoria no es reglamentaria al tratarse de una dirección disuelta, y proponen otro guión.

Quieren que se aborde la renovación de la Ejecutiva y que se nombre una gestora que pilote al partido hasta celebrar el congreso después de que se forme gobierno en España.

Por ello, los detractores de Sánchez ponen en cuestión que la mayor parte de los miembros de la Ejecutiva disuelta puedan formar parte del máximo órgano del partido.

Sí admiten que de los dimisionarios de la Ejecutiva 15 dejan de tener silla en el Comité Federal, mientras que los otros dos, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, la mantienen por ser secretarios generales de sus territorios.

Del orden del día ha caído la intervención inicial de Sánchez en abierto, que es la que suele abrir las sesiones y a la que continúan los turnos de palabra de los barones y otros cargos que pidan hablar, ya a puerta cerrada.

Otro de los asuntos sobre los que hay dudas es si las votaciones que se planteen se harán a mano alzada, como es lo frecuente, o si alguien pedirá que sean en secreto, lo que Ferraz cree que puede ir en su favor para que los delegados tengan más libertad en su decisión.

Las reuniones del que vendría a ser el "parlamento" socialista suelen durar habitualmente varias horas, aunque la estimación en este caso es que pueda prolongarse hasta avanzada la tarde.