Bruselas calcula que España tendrá que hacer el año que viene un ajuste en torno a 7.700 millones de euros para cumplir su compromiso de reducir el déficit al 3,1 % del PIB, y que si el Gobierno no toma medidas el desvío puede alzarse hasta el 3,8 %.

El nuevo Ejecutivo de España, país que recientemente ha eludido ser el primer socio multado por incumplir con sus objetivos de disciplina fiscal, ha reafirmado los últimos días su "firme compromiso" de respetar las nuevas metas asumidas, en palabras del titular económico Luis de Guindos.

Pero para ello, y si se hacen realidad las proyecciones de Bruselas, deberá encontrar el modo de introducir en los presupuestos para 2017 -aún pendientes de ser presentados- medidas para aumentar los ingresos o reducir los gastos equivalentes a 0,7 puntos porcentuales del PIB, es decir, unos 7.700 millones de euros.

El Ejecutivo que lidera Mariano Rajoy ya preveía que, sin adoptar nuevas políticas, el desvío fiscal se elevaría hasta el 3,6 % el próximo año, por lo que el potencial ajuste se estimaba en torno a los 5.500 millones de euros.

Sus socios también demandan a España un ajuste estructural -es decir, sin tener en cuenta el ciclo económico- del 0,5 % del PIB, que el país se ha comprometido a acometer.

De Guindos incluso anticipó en Bruselas el pasado lunes y martes que el Gobierno cuenta con elevar sus previsiones de crecimiento para este año y seguramente el siguiente, un trampolín en el que espera impulsarse para facilitar la consecución del 3,1 %.

Hasta el momento, el Ejecutivo español mantiene que el país crecerá un 2,9 % este año y un 2,3 % el próximo, aunque prevé elevar estas cifras en el nuevo marco macroeconómico que incluirá en el presupuesto para 2017 que quiere presentar a Bruselas "en las próximas semanas".

La Comisión Europea se le ha adelantado con la publicación hoy de sus previsiones macroeconómicas de otoño, en las que mejora en seis décimas las cifras de crecimiento del país para este año respecto a las que barajaba en mayo, hasta el 3,2 %.

No obstante, Bruselas reduce las expectativas de crecimiento de la economía española para el próximo ejercicio en dos décimas, hasta un 2,3 %, una cifra que el Gobierno español se plantea elevar.

Esto sitúa a España a la cabeza de las grandes economías europeas en términos de crecimiento tanto en 2016 como 2017, aunque le superan países como Rumanía (con un 5,2 y 3,9 %, respectivamente), Irlanda (4,1 y 3,6 %) o Malta (4,1 y 3,7 %).

Para De Guindos, la Comisión no ha tenido en consideración en sus previsiones los últimos datos sobre la evolución de la economía española, que en el cuarto trimestre "sigue siendo fuerte" y entrará en el año "con una inercia de crecimiento intenso".

"La economía va a entrar con fuerza en 2017 y eso garantiza que el crecimiento económico continúe en el entorno del 2,5 %, que es lo que tenemos que mantener en los próximos años", dijo hoy.

De cara a 2018, año en el que España debería reducir su déficit por debajo del límite del 3 % que marcan las normas europeas, la Comisión estima que no logrará alcanzar su meta del 2,2 % por todo un punto de diferencia.

"Esto dejará a España como único país por encima de la barrera del 3 %", apuntó el comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, durante la presentación de las previsiones macroeconómicas de otoño.

España tiene aún pendiente el envío de los citados presupuestos completos a la Comisión, que tendrá en cuenta las cifras y las medidas que aporte el Gobierno español en este documento a la hora de emitir su opinión sobre si las cuentas ponen o no al país en la senda de la disciplina fiscal.

Además, el país está a la espera de conocer la decisión de Bruselas, que se espera el próximo día 16, sobre la congelación de los compromisos de fondos estructurales y de inversión asignados a España para 2017, lo que se estima podría afectar a unos 1.300 millones de euros.

Para ello, la Comisión está evaluando las medidas efectivas adoptadas por el país este año -en el cierre temprano del presupuesto y la recaudación de 9.000 millones de euros adicionales con el pago a cuenta anticipado del impuesto de sociedades-, para determinar si el país ha actuado de manera contundente contra su desvío, tras incumplir el año pasado.

Bruselas espera que gracias a estas medidas el déficit se reduzca este año al 4,6 % del PIB, la cifra comprometida.