Los dos presuntos yihadistas detenidos la pasada semana en Madrid pretendían comprar granadas, dos fusiles de asalto kalashnikov AK-47 y numerosas cajas de munición, según han informado a Efe fuentes de la lucha antiterrorista.

Esas fuentes han indicado que con la detención de los dos jóvenes se ha desarticulado la célula terrorista "operativa" y neutralizado la amenaza de atentado, pero se sigue investigando el recorrido de las armas que pretendían comprar y se busca al "adoctrinador" del grupo.

Ambos arrestados, Edrissa Ceesay Sanuwo y Samir Sennouni Mouh, de 18 y 25 años, de nacionalidad española pero de origen marroquí y gambiano, se radicalizaron en una escuela coránica de Madrid, han agregado las fuentes.

Durante la investigación desarrollada por la Brigada Provincial de Información de Madrid se ha corroborado que los arrestados tenían disponibilidad económica para adquirir armas y munición. De hecho, se reunieron en una caseta de Valdebernardo que solían utilizar con una tercera persona a la que ofrecieron hasta 6.000 euros por las armas.

En el momento de su detención, se les incautaron cinco cargadores vacíos, 37 cartuchos del calibre 7,62 milímetros (para kalashnikov AK-47) y una funda de arma larga, así como vídeos de contenido amenazante en los que aparecían con ese fusil y "con un machete militar con atributos del Dáesh, entre ellos la bandera", en los que insertaban "cantos islámicos y frases de corte yihadista".

Cuatro de los cargadores se encontraron en los registros y un quinto en un contenedor cercano a la vivienda de los dos supuestos yihadistas y, aunque no se ha hallado el fusil, el juez Santiago Pedraz afirmó en el auto de prisión que lo consiguieron "de una persona".

El juez los envió a la cárcel acusados de delitos de enaltecimiento del terrorismo y depósito de municiones y armas de guerra, aunque en los autos de registro recoge la versión policial sobre la supuesta preparación de un atentado en Madrid.

Los investigadores tienen constancia de que los detenidos poseían ya varias armas cortas y un fusil kalashnikov, además de las que pretendían adquirir.

Y las fuentes de la lucha antiterrorista recalcan que llevaban mucho tiempo detrás de la célula y decidieron practicar las detenciones por la proximidad de las fechas navideñas y la peligrosidad que atribuyen a los sospechosos, la dificultad de controlarles todo el día, las importantes medidas de seguridad que adoptaban y sus contactos con otros delincuentes.