"Veo que hay agua en la piscina", así empezó hoy Pedro Sánchez su intervención más esperada en los últimos meses y que terminó con el ansiado anuncio que le reclamaban sus seguidores: Se lanzará a esa piscina y competirá en las primarias del PSOE por volver a liderar el partido.

Arropado por más de 1.500 simpatizantes -según la organización- Sánchez ha elegido la provincia de Sevilla, feudo de la presidenta andaluza, Susana Díaz, para hacer el anuncio, casi a la misma hora que su compañera de partido participaba en otro acto del PSOE a poco más de 120 kilómetros de distancia, en Alcalá de los Gazules (Cádiz).

Unos quince autobuses, fletados desde distintos puntos de Andalucía y de España, además de decenas de coches particulares, dejaron pronto pequeña la capacidad del auditorio del Parque Tecnológico de Dos Hermanas, elegido para el acto de reencuentro con la militancia de Sánchez tras meses de casi absoluto silencio.

El alcalde de esta localidad sevillana, Francisco Toscano, uno de los principales apoyos de Sánchez, lo tenía previsto y por ello había preparado un "plan B", un escenario en los jardines exteriores, junto a una piscina y con un graderío enfrente.

En la entrada al recinto, una cafetería móvil recibía a los asistentes bajo el nombre de "Utopía", mientras que grupos de sus simpatizantes más jóvenes, con camisetas de "Inscríbete por el cambio. #YoConPedro", intentaban hacer un listado de apoyos preguntando nombres y apellidos a quien llegaba.

Con algo de retraso llegó Sánchez al recinto, dando esquinazo a la "Utopía", e inmediatamente se vio rodeado de cámaras de televisión y simpatizantes que a duras penas le dejaban andar, con gritos de "no es no" o "secretario general".

Entró al recibidor del auditorio, rellenó con un spray de pintura un cartel con el logo de su campaña, "Somos Socialistas", y se dirigió al nuevo escenario para la intervención, donde ya estaba todo preparado y la multitud esperaba impaciente.

Allí llegó mientras sonaba la canción "Color esperanza" de Diego Torres, elegida para la ocasión, probablemente por su mensaje: "Saber que se puede, querer que se pueda, pintarse la cara color esperanza, tentar al futuro con el corazón".

Toscano le dio, con su discurso, el último espaldarazo y fue el turno de Sánchez, que empezó perdiendo los papeles, literalmente, debido a algunas rachas de viento.

En su discurso dejaba entrever su intención, pero tardó más de veinte minutos en anunciarlo mientras desde el público más de uno se impacientaba: "Dilo ya", "Preséntate", le gritaban.

Los asistentes le habían jaleado durante todo el acto, algunos de ellos habían abucheado cuando Sánchez nombró a Felipe González y otros habían insultado a los "barones" socialistas desde la grada.

Después de veinte minutos, llegó el anuncio y el júbilo de sus simpatizantes: "Será un honor liderar vuestro proyecto político. Seré vuestro candidato a la Secretaría General".

Todos en pie para celebrar que Sánchez está en la carrera para volver a liderar el PSOE, incluidos sus máximos apoyos, entre los que estaban los diputados Odón Elorza, Zaida Cantero, Luz Martínez Seijo y Adriana Lastra; el secretario del PSOE de Valencia, José Luis Ábalos; el exdirigente de Izquierda Socialista José Antonio Pérez Tapias; y el propio Toscano.

Casi una hora después del acto todavía se escuchaban los aplausos y las ovaciones en los salones interiores del auditorio, donde Sánchez estaba reunido con militantes, eufóricos de que hubiera elegido Sevilla, "corazón" del socialismo andaluz -como él dijo-, para comenzar su campaña ante las primarias.