El tiempo de espera para ser operado en un hospital público varía entre 49 y 183 días en función de la comunidad autónoma en la que se resida, y de 25 a 69 días en el caso de las consultas externas, según ha denunciado hoy la Federación de Asociaciones en Defensa de la Sanidad Pública.

El problema de las listas de espera se ha visto agravado con los recortes hasta suponer un "serio problema para la sanidad pública", ha denunciado esta federación en un informe en el que hace referencia a los datos del Ministerio de Sanidad.

Según éstos, la demora media en la lista de espera quirúrgica ha pasado de 67 días en 2009 a 89 en 2015, y de 59 a 68 en las consultas externas. Estos promedios "son muy diferentes" en función de cada comunidad, unos datos regionalizados que "de manera incomprensible" no facilita el Ministerio, según ha asegurado la Federación.

En el informe se explica que las comunidades tienen sistemas de cómputo de las listas de espera diferentes, lo que dificulta la comparación, y que la accesibilidad a sus datos "deja mucho que desear", un problema que se une al de que algunas "simplemente no los ofrecen".

Denuncia, además, "las manipulaciones o maquillajes de los datos" con diferentes técnicas como, por ejemplo, "cuando un paciente sobrepasa mucho el tiempo de demora y se le pasa a la categoría de ''transitoriamente no programable'' para, pasados unos días, volverlo a incluir en la lista empezando a contabilizar de cero el tiempo de demora".

Tras contrastar la información sobre listas de espera de todas las comunidades que la ofrecen (16), la federación concluye que la "inapropiada" respuesta de los responsables políticos provoca en la ciudadanía y en los pacientes "una creciente desconfianza en el sistema sanitario". Sus consecuencia, añade, son económicas y sociales, retrasos diagnósticos, inequidad en el acceso o bajas prolongadas, entre otras.

"El continuo descontrol de las listas es un síntoma importante del deterioro consentido de nuestro sistema sanitario público", asevera la federación, que añade que las listas de espera reflejan una inadecuación entre la demanda de atención sanitaria y la oferta de servicios.

Para solucionar este problema, exige que se haga un análisis, se establezcan prioridades y se asignen recursos que comprometan al conjunto del sistema sanitario, incluyendo a pacientes y ciudadanos e implicando a gestores y políticos.

Para ello, solicita un Plan Estratégico que garantice la equidad y la racionalidad en las listas de espera; establezca prioridades y compromisos de espera; y protocolice las indicaciones quirúrgicas y la situación del paciente dentro de las listas en función de su gravedad.

Pide también adecuar los recursos a las necesidades de cada territorio; analizar las necesidades con un sistema de información homogéneo y accesible; adecuar el número de camas, quirófanos y medios diagnósticos a la demanda; mejorar el uso intensivo de recursos (como abrir quirófanos por la tarde); y desarrollar la cirugía ambulatoria.

Además, pide que se mejore la comunicación entre Atención Primaria y Especializada y que se dote a estos especialistas de más influencia sobre listas de espera.

También defiende que se implique a los profesionales en la mejora dándoles participación activa en la gestión e incentivos en función del logro de objetivos.