El fiscal general del Estado, José Manuel Maza, ha asegurado hoy en Segovia que la Fiscalía de España tiene "un grado de autonomía y de liberad muy grande en el ejercicio de su actividad, por mucho que se piense que el gobierno de turno la controla".

Maza ha participado en la Federación Empresarial Segoviana en una jornada divulgativa sobre la responsabilidad penal de las empresas, en la que ha aclarado en relación con el ministerio público que "los problemas pueden ocasionarse por personas sumisas", pero en cuanto a la legislación y la construcción institucional, ha insistido en que la Fiscalía "es muy independiente".

En cuanto a los puntos negativos, ha señalado la "obsolescencia" del sistema procesal penal español, que, según ha referido, sigue siendo "enormemente lento", con instrucciones que se dilatan hasta doce años.

Después de 40 años ejerciendo como juez, Maza ha reconocido que el problema no está en la falta de medios y de recursos, sino en el diseño del procedimiento penal, que está más pensado para delitos del siglo XIX que para los actuales.

Por eso, la figura del juez de instrucción, que tiene más de cien años de antigüedad, es válida, en su opinión, para una justicia de hechos concretos e individualizados como delitos de violencia o agresiones, pero ha advertido de que "no puede servir para ralentizar el proceso cuando se trata de delitos de corrupción, de delincuencia organizada o grandes mafias".

Asimismo, ha apuntado que confía en que su trabajo como fiscal general del Estado contribuya a que la fase preparatoria se convierta en una investigación "rápida" para conocer las pruebas, dónde están y qué saben los testigos, para así decidir si sienta en el banquillo al acusado o no.

Momentos antes de la conferencia, Maza ha rehusado hacer declaraciones a los periodistas acerca de las supuestas presiones recibidas por varios fiscales, entre ellos el del caso Nóos, Pedro Horrach, alegando que es una cuestión que tiene que valorar en el Parlamento el próximo miércoles.