El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha defendido hoy las ayudas financieras porque si no se saneaban las antiguas cajas de ahorros, el rescate del país no habría sido suficiente y España habría salido del euro.

Si no hubiésemos actuado, las cajas habrían entrado en concurso, la economía habría caído mucho más allá del 9 % y se habrían destruido muchos más empleos, ha advertido De Guindos en el Congreso al diputado de Unidos Podemos Alberto Garzón durante la sesión de control al Gobierno.

En opinión del ministro, el rescate financiero es lo que ha permitido que España crezca el doble que el resto de los países europeos y que ahora se puedan adoptar soluciones que no habrían sido posibles en 2012, en alusión a la intervención y adjudicación del Banco Popular sin coste para el contribuyente.

En cuanto al importe de las ayudas a la banca, después de que Garzón le afeara que el Banco de España y el Tribunal de Cuentas den por perdidos ya 60.000 millones, De Guindos ha vuelto a insistir en que el balance exacto del coste del rescate se tendrá que hacer cuando el Estado privatice sus participaciones en Bankia y BMN.

Aún así, ha destacado que el FROB, el fondo de rescate español, además de canalizar las ayudas, ha ingresado unos 7.000 millones de euros en comisiones, dividendos, intereses y con la venta de una participación de Bankia.

A esos 7.000 millones habrá que sumarle aún 600 millones más por la venta de bonos contingentes convertibles ("cocos" en el argot financiero) del grupo Ceiss, fruto de la fusión de Caja España-Duero y hoy integrado en Unicaja Banco, así como los ingresos que se obtengan de la venta del 65 % de Bankia y BMN.

Con todos estos datos, el diputado de Unidos Podemos sigue pensando que el sistema financiero está "enriquecido" con las políticas del Gobierno de Mariano Rajoy, capaz de conseguir que ayudas como éstas no cuenten ni para el déficit público como sí lo harían si se hubiesen destinado a educación o sanidad.

"Hay propuestas para invertir ese dinero en otras ramas", ha señalado Garzón, pero si eso no se hace, ha dicho a De Guindos, es porque es "una opción política de su Gobierno", al que ha definido como "Adam Smith para los pobres, pero keynesiano para los ricos".