El mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero, defendió ayer ante la juez de la Audiencia Nacional que la actuación del cuerpo en el asedio a la Guardia Civil durante el registro a la Conselleria de Economía fue "correcta y necesaria" y denunció que no se les avisó "con suficiente antelación".

Según afirmó un comunicado de los Mossos d''Esquadra difundido tras su declaración, Trapero trasladó a la magistrada Carmen Lamela que, como no se les avisó con tiempo del registro del pasado 20 de septiembre, el dispositivo no se pudo planificar y eso "obligó a irlo adaptando en función de las circunstancias.

"La primera noticia que tuvieron los Mossos sobre la actuación policial de la Guardia Civil llegó a través de los medios de comunicación", afirma la nota en referencia al registro, que provocó protestas en la puerta de la Conselleria que no fueron contenidas, según la Fiscalía, con la diligencia necesaria.

Trapero trasladó a la jueza que la actuación de los Mossos fue la "correcta y necesaria en atención a las circunstancias que concurrieron aquel día" y se tomaron "las medidas adecuadas en función a los acontecimientos de ese momento".

Por ello, el mayor considera que el cuerpo autonómico no cometió ningún delito de sedición, ni colaboró de ninguna manera en la comisión de este u otro delito.

Pero un nuevo atestado de la Guardia Civil sobre hechos ocurridos antes, durante y después del 1-O llevó a la Fiscalía a ampliar su investigación por sedición en la Audiencia Nacional, que cuenta con cuatro imputados: el jefe de los Mossos, Josep Lluis Trapero, una agente y dos líderes independentistas.

La presentación ayer de este atestado puede interpretarse como el primer paso para investigar lo ocurrido el 1-O en el dispositivo policial para impedir el referéndum y que se saldó con críticas de la Policía y la Guardia Civil por la inacción de los Mossos, informaron fuentes fiscales.