El Camino de Santiago anualmente es practicado por una inmensa cantidad de individuos provenientes tanto de España como de otros países. De hecho, son innumerables los habitantes de las Islas Canarias que se desplazan hasta la península con el único objetivo de vivir la inolvidable experiencia que supone el hecho de realizar los diversos trayectos no solamente a pie, sino también en bicicleta e incluso montado encima de un caballo. Dicho éxito es aprovechado por muchos sujetos con motivos económicos, aunque recientemente la Xunta de Galicia ha anunciado una futura medida que pondrá fin a la acción lucrativa que hasta ahora tenía lugar en varias rutas, tales como la Vía de la Plata y elcamino de santiago inglés cuyos más de 100 kilómetros partiendo desde Ferrol aglutinaban algún que otro punto de venta ambulante, actividad que a partir del año 2018 no podrá efectuarse.

La decisión del gobierno gallego ha sido adoptada con tal de “proteger el patrimonio cultural del que hace gala el Camino de Santiago”. Según determinadas asociaciones que se vuelcan en cuerpo y alma para preservar las buenas condiciones de las que gozan sus tramos y eliminar ciertos aspectos que consideran perjudiciales dicha acción era necesaria desde hace años, sobretodo en los trayectos no urbanos que pasaban a lucir una imagen poco habitual con la presencia de múltiples vendedores ambulantes. Concretamente éstos últimos son los que se verán afectados por la nueva normativa que se prevé que entre en vigor durante el transcurso del próximo año 2018.

Dicha medida era de esperar después de que ciertos ayuntamientos hubieran procedido a regular la mencionada práctica alegando una reducción de la calidad de aquellas rutas que son llevadas a cabo por peregrinos de todos los rincones del mundo. Algunos de ellos, de hecho, recurrían a guías del Camino de Santiago como la conocida bajo el nombre dePilgrim con el objetivo no solamente de informarse sobre las etapas que efectuarían, sino también de averiguar aquellas que estaban libres de vendedores ambulantes cuya presencia llega a suponer un incordio según la opinión de muchos caminantes, quienes precisamente eligen una experiencia como la que ofrecen los entornos del noroeste de España para disfrutar de una completa tranquilidad al mismo tiempo en que se fusionan con la naturaleza sin tener que lidiar con todo lo que acarrea la masificación ocasionada por la venta de productos.

Toda decisión de estas características tiene defensores como los comentados anteriormente, amén de detractores. En este caso los mismos defienden que supone un alivio el hecho de encontrarse “en medio de la nada” y tener la posibilidad de recurrir a los vendedores ambulantes con tal de proveerse de alimentos, bebidas u otros artículos que les permitan seguir adelante recuperando las energías perdidas sin necesidad de esperar el tiempo requerido para alcanzar la próxima zona urbana. Otro argumento utilizado por quienes critican la medida que prevé adoptar próximamente la Xunta de Galicia se resume en que, algunos de los puestos de venta ambulante, disponen de productos que no se encuentran fácilmente ni siquiera en los comercios locales, siendo artesanos muchos de ellos. Pero dichas opiniones no han sido tenidas en cuenta por el gobierno que, aun así, permitirá la mencionada actividad en los eventos que dispongan de una autorización previa, desde mercadillos y ferias hasta celebraciones de carácter popular.

Las redes sociales han resultado de gran trascendencia para el surgimiento de esta nueva medida. Y es que durante el transcurso de los últimos dos años han sido centenares los usuarios que, en sus perfiles de Twitter y Facebook, publicaron fotografías de zonas emplazadas dentro del marco del Camino de Santiago que años atrás eran plenamente disfrutables sin contratiempos y que, por el contrario, en la actualidad estaban repletas de vendedores ambulantes presentando la masificación de la que tantas personas ansían huir cuando realizan una vivencia de este tipo. De esta manera nuevamente ha quedado demostrado que la presión ejercida a través de los mencionados medios e incluso en Change.org, la plataforma de peticiones que ya había sido utilizada para mostrar el descontento generalizado de los peregrinos, acaba fructificando si es de carácter generalizado.

La Xunta todavía no ha aclarado diversos detalles de importancia, tales como la cuantía de las sanciones que se impondrían a aquellos vendedores ambulantes que, pese a haber entrado en vigor la normativa en el 2018, persistieran en su actividad comercial. Sin embargo, las reacciones positivas superan con creces a las negativas sobretodo por el hecho de que tanto los gallegos como el resto de españoles y los peregrinos provenientes de cualquier rincón del planeta podrán disfrutar de innumerables tramos como el camino inglés y el francés sin lidiar con masificaciones provocadas por los vendedores, quienes se verán obligados a realizar transacciones únicamente en los días aceptados y dentro de las rutas del Camino de Santiago que se consideran urbanas.