La lista de Junts per Catalunya (JxCat), que lidera Carles Puigdemont, y ERC pugnarán en la campaña electoral que arrancó la pasada noche por hacerse con la hegemonía soberanista, en unas elecciones del 21 de diciembre en las que Ciudadanos parte con opciones de alzarse como primera fuerza en el Parlament.

Si en las elecciones de hace dos años Junts pel Sí -coalición que aunó a la antigua CDC y ERC- y la CUP sumaron el 48,7% de los votos y 72 escaños, los últimos sondeos vaticinan que las fuerzas independentistas -esta vez concurren por separado con tres listas- podrían perder la mayoría absoluta de 68 diputados, lo que abriría la puerta a sumas alternativas, para las que ya se postulan Ciudadanos, el PSC, el PPC y los comunes, cada uno con su acento.

Pero los expertos en demoscopia advierten de que estos comicios, en los que la participación podría superar el 80%, son de difícil pronóstico, ya que el número de indecisos que acabarán decidiendo su voto durante la campaña es especialmente elevado.

Será la campaña más atípica y excepcional: unas elecciones convocadas por el Gobierno de Mariano Rajoy en aplicación, por primera vez en la historia, del artículo 155 de la Constitución después de que el Parlament declarara la independencia, con medio Govern cesado en Bruselas, algunos candidatos encarcelados y un Carles Puigdemont que sigue considerándose el president "legítimo" de Cataluña y que está dispuesto a hacer campaña desde la distancia para poder ser investido de nuevo como presidente de la Generalitat.

Tras no haber podido sumar a ERC y CUP a una lista unitaria del independentismo, Puigdemont se ha puesto al frente una candidatura, Junts per Catalunya, que ha confeccionado a su gusto, arrinconando a un PDeCAT en horas bajas, que le ha cedido completamente el timón.

La directora de la campaña de Junts per Catalunya es Elsa Artadi, cargo de confianza de Puigdemont en el Govern y ahora número 10 de la candidatura, que ya se perfila como posible candidata ''tapada'' si el president cesado acaba renunciando a una hipotética investidura dada su complicada situación judicial.

Artadi ha diseñado una campaña en la que la figura de Puigdemont es su máximo argumento -el lema es "Puigdemont, nuestro president"- y cuya estrategia será hacer constantes llamamientos a concentrar el voto soberanista para arropar al que consideran el "presidente legítimo" de la Generalitat, lo que augura una batalla soterrada con ERC, que parte como favorita en las encuestas pero que va a la baja.

Si hace unas semanas ERC sobresalía en los sondeos -que le auguraban más de 40 escaños-, la irrupción de Junts per Catalunya ha recortado súbitamente las expectativas de los republicanos, con el hándicap de tener a su presidente, Oriol Junqueras, en prisión.

Para frenar la fuga de votos hacia Junts per Catalunya y la CUP, los republicanos deberán confiar en su secretaria general y número dos de la lista, Marta Rovira, a quien Junqueras ya ha señalado como la candidata real a presidir la Generalitat la próxima legislatura.

La formación mejor posicionada para disputar los primeros puestos a las candidaturas independentistas es Ciudadanos, cuya cabeza de lista, Inés Arrimadas, aspira a mejorar los 25 escaños obtenidos en 2015, que la convirtieron en jefa de la oposición en Cataluña.

"Ahora sí votaremos" es el eslogan de Arrimadas, que espera que la aritmética del 21D abra la puerta a un gobierno constitucionalista presidido por ella, con el apoyo de PSC y PPC y la complicidad de los comunes.

Pero el PSC no renuncia a que sea Miquel Iceta quien presida un gobierno alternativo salido de unas elecciones en las que los socialistas, tras haberse posicionado sin matices a favor de la aplicación del artículo 155, quieren cosechar apoyos en el caladero del catalanismo moderado, con el lema "Soluciones. ÑAhora, Iceta!".

Para ello, y con la idea de romper el esquema de rígidos bloques políticos en Cataluña, Iceta ha situado en el número tres de su candidatura al ex secretario general de Unió y exconseller del Govern Ramon Espadaler, que consiguió más de 100.000 votos en 2015.

Pese a contar con Xavier Domènech -ganador de las dos últimas elecciones generales en Cataluña- como candidato y perfilarse como bisagra clave para futuras mayorías, será una campaña incómoda para los comunes, a quienes las encuestas auguran un pinchazo electoral, al no conseguir encajar la agenda social, su eje prioritario, en un debate político monopolizado por el proceso soberanista.

En la lista del PPC repite como número uno Xavier García Albiol, con la difícil papeleta de contradecir las encuestas que pronostican un retroceso de los populares, hasta convertirse en última fuerza en el Parlament.

Con el lema "España es la solución", García Albiol intentará frenar la pérdida de votos hacia Ciudadanos de electores contrarios a la independencia que pueden ver en Arrimadas el voto útil para lograr un gobierno alternativo.

Por su parte, la CUP, con Carles Riera como número uno y que mantiene la vía unilateral como hoja de ruta hacia la independencia, aspira a recoger los votos de soberanistas descontentos con los mensajes autocríticos desde ERC y Junts per Catalunya.