La Fiscalía alemana sigue analizando la euroorden española contra el expresidente catalán Carles Puigdemont, que ha pasado su tercera noche en una prisión alemana tras ser arrestado el domingo por la policía de ese país.

La Fiscalía General de Schleswig confirmó hoy que siguen trabajando intensamente en el análisis de la Orden Europea de Detención y Entrega (OEDE) dictada por el juez Pablo Llarena del Tribunal Supremo español, que le imputa delitos de rebelión y malversación de fondos en el contexto del proceso independentista catalán.

La revisión de la Fiscalía "podría" concluir entre hoy y mañana, reiteró Wiebke Hoffelner, la primera fiscal estatal de Schleswig, que evitó especificar los plazos de actuación de su institución para no presionar a sus compañeros.

"Es un caso exigente, pero no nos desborda", subrayó Hoffelner, al ser preguntada sobre la presión que supone para la Fiscalía General de Schleswig un caso con importantes componentes políticos y mediáticos.

El estudio de la euroorden, explicó la fiscal, se centra, entre otras cuestiones, en si el tipo delictivo español de "rebelión" es equiparable al de "alta traición" que recoge el Código Penal alemán, ya que, aunque algunos expertos perciben una "similitud estructural", no son idénticos.

Asimismo los fiscales de Schleswig están estudiando la cuestión del uso de la violencia o de la amenaza del uso de la violencia, que aparece tanto en el delito español de rebelión como en el alemán de alta traición, pero que suscita opiniones encontradas entre los juristas.

"En nuestra petición se incluirá una argumentación que dé respuesta a todas las preguntas, que previamente han de ser esclarecidas una a una", aseguró Hoffelner.

La posición final de la Fiscalía alemana es clave en este proceso, pues puede apoyar la ejecución de la extradición ante la Audiencia Territorial de Schleswig -que es quien decidirá- o considerar que no se cumplen los requisitos necesarios, con lo que el líder independentista quedaría en libertad.

Puigdemont fue detenido el domingo por la mañana en el norte de Alemania, poco después de cruzar en coche la frontera con Dinamarca, cuando trataba de regresar por tierra a Bélgica tras una visita a Finlandia, durante la que Llarena reactivó la euroorden de detención en su contra.

Un día después, el juzgado de primera instancia de Neumünster falló que el expresidente catalán permaneciese en prisión mientras se estudiaba la OEDE, poniendo en marcha la maquinaria judicial para su extradición pero sin pronunciarse sobre el fondo de la cuestión, y enviando el caso a la fiscalía.