El diputado de ERC y exconseller de Exteriores, Raül Romeva, y el exvicepresidente del Govern y líder de ERC, Oriol Junqueras, procesados por los delitos de rebelión y malversación de fondos públicos por el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena, han pedido este viernes su traslado a un centro penitenciario catalán para garantizar su derecho a la defensa y la cercanía a su familia.

Estos dos procesados, que se encuentran en la cárcel de Estremera (Madrid), se suman a esta petición que ya ha hecho formal el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, en la prisión madrileña de Soto del Real desde el 16 de octubre de 2017.

Junqueras, ha pedido ser trasladado desde Estremera, en Madrid, a una cárcel catalana ante la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias apelando a las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los Reclusos (Reglas Nelson Mandela) que defienden preservar la presunción de inocencia del preso preventivo.

En un escrito, Junqueras pide ser trasladado a la cárcel Brians II u otro centro próximo a su domicilio, en Sant Vicenç dels Horts (Barcelona) y cita varias reglas Mandela como la de reducir al mínimo las diferencias entre la vida en prisión y la vida en libertad, no agravar los sufrimientos y que la vida en prisión se ajuste "a los aspectos positivos de la vida en el exterior".

Junqueras pide este traslado para estar más cerca de su familia y especialmente de sus hijos menores y evitar el desarraigo social: "No puede la medida de encarcelamiento tener más consecuencias aflictivas que las necesarias, ni su cumplimiento puede devenir en una restricción desproporcionada o excesiva de derechos individuales compatibles con la situación de encarcelamiento".

Considera que una vez realizada el pasado 16 de abril la declaración indagatoria ante el magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena, que lo ha procesado por rebelión, "no existen a día de hoy diligencias de instrucción" que impliquen su intervención personal en el proceso.

Junqueras también apela al interés superior del menor y asegura que el distanciamiento con sus hijos les está repercutiendo "de forma negativa e inmerecida", sobre todo cuando no existe a su entender ningún obstáculo para que pueda estar en situación de prisión provisional en instalaciones próximas al domicilio familiar.

Aduce que su vivienda habitual, que comparte con su esposa y dos hijos menores, está a 600 kilómetros de Estremera y recuerda que "las situaciones de estrés emocional afectan al individuo y pueden generar secuelas irrecuperables, pero sobre todo con relación a los menores de edad las experiencias emocionales generan una ''huella biológica".

En este sentido, añade que después de seis meses de encarcelamiento y "con las escasas posibilidades de relación derivadas del sistema de visitas de convivencia y familiares", los derechos de los menores a gozar de su salud física y emocional podrían verse seriamente comprometidos, avisa.

Asimismo, Junqueras pide el traslado para garantizar su derecho de defensa ante "las dificultades que conlleva la articulación de una tarea defensiva" en situación de prisión provisional y alejado centenares de kilómetros de su letrado.

"La gestión de unas actuaciones judiciales que tienen aproximadamente 50.000 folios y en las condiciones de comunicación entre interno y letrado hacen muy dificultosa la tarea de preparación de la estrategia defensiva y mi participación personal en la defensa penal", reflexiona.

"INJUSTICIA" DE ESTREMERA

A su vez, el diputado de ERC y exconseller de Exteriores, Raül Romeva, ha pedido también este viernes su traslado a un centro penitenciario catalán ante la "injusticia" del centro penitenciario donde está recluido, Estremera, en Madrid, y para que "la ignominia individual deje de ser colectiva".

En un apunte en su cuenta de Twitter, Romeva ha declarado: "La injusticia de Estremera no solo cae sobre los encarcelados. También vulnera el derecho de los niños a relacionarse con su padre o madre (Convención del Derecho de los Niños, ONU). Por eso pedimos traslado a Cataluña, para que la ignominia individual deje de ser colectiva".