Carolina Bescansa ha perdido la oportunidad de hacerse con el liderazgo en Podemos Galicia después de haber pasado meses relegada de la primera línea política por la dirección y tras recorrer un sinuoso y trepidante camino que inició en 2014 con aquel grupo ya conocido como "los cinco de Podemos".

Mucho ha llovido desde aquella foto de Pablo Iglesias, Íñigo Errejón, Juan Carlos Monedero, Carolina Bescansa y Luis Alegre en la asamblea ciudadana de Vistalegre I.

En aquel cónclave todos eran un equipo compacto que competía con el de Pablo Echenique y Teresa Rodríguez; y Bescansa fue la segunda dirigente del Consejo Ciudadano Estatal más respaldada.

La foto de aquellos cinco ideólogos (hoy sólo quedan en la cumbre de Podemos los dos Pablos: Iglesias y Echenique) es una de las imágenes de la historia de Podemos.

Otra, sin duda, fue su entrada en el Congreso el 13 de enero de 2016, cuando Bescansa asistió a la constitución de la Cámara con su bebe -entonces de siete meses-, al que tuvo en brazos durante toda la sesión de apertura de la legislatura, lo que la convirtió en objetivo principal de los fotógrafos.

"Madre, feminista, comprometida con mi país y con mi pueblo", de esta forma se define a sí misma en la redes sociales esta socióloga gallega, que pasó de ser la experta demoscópica de referencia en Podemos a verse apartada de los puestos de relevancia tras sus desencuentros con la dirección.

Carolina Bescansa Hernández, nacida el 13 de febrero de 1971 en Santiago de Compostela (A Coruña), donde estudio en el Instituto Rosalía de Castro, forma parte de una conocida familia compostelana: es nieta de Ricardo Bescansa Castilla, fundador de los laboratorios que llevan su apellido, y sobrina de Jorge Bescansa Martínez, fundador de Televés.

Doctora en Ciencia Política y Sociología, es profesora de Metodología en la Facultad de Ciencias Políticas, de la que salieron los principales promotores de Podemos.

Su aventura en el partido de los círculos comenzó en 2014. Bescansa no concurrió a las elecciones europeas en las que lograron 5 eurodiputados y fue después de Vistalegre I cuando se convirtió en la mujer con mayor responsabilidad en la dirección de Podemos, donde asumió la Secretaría de Análisis Político, Programa y Proceso constituyente.

Concurrió a las elecciones generales del 20 de diciembre de 2015 como número dos de la lista por Madrid, logró el escaño y fue nombrada secretaria general del grupo parlamentario de Podemos en el Congreso.

Era la mujer fuerte del partido, pero también la que aportaba una imagen de madurez que les faltaba a otros de sus dirigentes.

Pero a partir de 2017 las cosas se le empezaron a poner cuesta arriba.

Bescansa decidió no concurrir en ninguna candidatura en el segundo congreso de la formación morada, Vistalegre II, porque no compartía el enfrentamiento entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón.

Eso tuvo después consecuencias.

De esa segunda asamblea ciudadana salió una nueva dirección de mayoría "pablista" y una restructuración del grupo parlamentario, en el que Bescansa también ha ido perdiendo posiciones según aumentaban sus diferencias con la estrategia de la cúpula morada.

Primero criticó a Podemos por su papel ante la crisis política en Cataluña, por no haber hablado más para España y no sólo a los independentistas, y después decidió promocionar su propia reforma constitucional sin el respaldo de su partido con una gira por múltiples territorios.

Así hasta que la traca final llegó el pasado 18 de abril cuando se difundió un documento que diseñaba una operación para desbancar a Iglesias de la dirección de Podemos que comenzaba con las elecciones autonómicas en Madrid y proponía que Bescansa ocupara el número dos en la lista de Errejón, para después optar a la Secretaría General del partido en 2020.

Para el líder de un partido debe ser difícil digerir que uno de sus compañeros tiene un plan para arrebatarle el liderazgo, y el caso es que tras ese episodio la dirección perdió su confianza en Bescansa, pese a que ella insistió en que era sólo un borrador elaborado por su equipo y que no contaba con su autorización.

Madre de dos hijos y profesora de universidad, Bescansa repite que entró en política para cambiar las cosas y ha demostrado que en obstinación y tenacidad para enfrentarse al aparato del partido pocos la ganan.