El PP mantiene la estrategia de que su líder, Pablo Casado, no hable del caso de María Dolores de Cospedal mientras coloca una "barrera" en este asunto, la de que no haya delito ni mentiras por parte de la ex secretaria general sobre sus conversaciones con el excomisario encarcelado José Manuel Villarejo.

Nuevas grabaciones divulgadas hoy sobre el encuentro en la sede del PP entre Villarejo y Cospedal y su marido, el empresario Ignacio López del Hierro, revelan que el excomisario se mostró dispuesto a hacer "trabajos puntuales" a cambio del "pago de los gastos".

Y en el tercer día de esta crisis interna, la dirección popular no ha querido dar su apoyo explícito a la que fue número dos del partido, pero también ha insistido en que no ve delito "hasta ahora" en lo que ha trascendido de aquellas conversaciones, como tampoco se ha demostrado que Cospedal mintiera como sí lo hizo la ministra de Justicia, Dolores Delgado.

Pablo Casado mantiene su silencio sobre este asunto y tampoco ha querido hoy hacer declaraciones al respecto.

En el PP justifican esta posición de Casado en que el partido no quieren repetir "errores" del pasado, no solo cuando el líder -entonces Mariano Rajoy- apoyó a dirigentes que acabaron imputados o procesados, sino cuando, por el contrario, dejó de respaldar a personas que después demostraron ser inocentes.

De ahí la cautela del presidente de los populares, protegido a un lado por los suyos y criticado al otro por el Gobierno, que en la sesión de control, de esta mañana ha aprovechado esta crisis para arremeter contra el PP.

Así lo ha hecho el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que ha animado a Casado a "romper con el pasado más turbio del PP" y a abrir "de una vez por todas la regeneración" en su partido.

Y también la vicepresidenta Carmen Calvo, quien primero ha considerado que el PP debería dar "respuestas" a todos los españoles en el asunto de Cospedal y después incluso ha acusado a la ex secretaria general de haber "intentado pagar para obstruir a la justicia".

En los pasillos del Congreso, el secretario general del PP, Teodoro García Egea, repetía sus palabras de la jornada anterior a los periodistas.

"Les digo lo mismo que ayer. Hay una gran diferencia entre Dolores Delgado y María Dolores de Cospedal. Dolores Delgado ha mentido claramente y Cospedal no, y eso sigue vigente", ha dicho el secretario general, quien no ha querido pronunciarse sobre el supuesto encargo por parte de Cospedal y su marido de "trabajos puntuales" a su marido.

Fuentes de la dirección nacional han insistido en cualquier caso en que no ven delito tampoco en los audios conocidos hoy, aunque puedan ser, admiten "morbosos".

Y han repetido en más de una ocasión "a día de hoy", limitando temporalmente la posición de la cúpula del partido, porque según admiten no disponen de toda la información y no saben si puede haber más grabaciones o conversaciones más comprometidas.

Pero otras fuentes populares consultadas por Efe no esconden su preocupación y advierten de que el PP tiene un "problema de prestigio" y no puede permitirse un nuevo escándalo.

Reconocen que Cospedal podía no saber en 2009 qué clase de persona era Villarejo pero advierten de que una vez que el partido ha pedido la dimisión de Dolores Delgado con tanta vehemencia por sus conversaciones con el excomisario es difícil justificar ahora la defensa de la ex secretaria general.

Además creen que cada día que pasa Pablo Casado ve "comprometido" su perfil y consideran que sería mejor que el líder aprovechase esta crisis para desligarse de Cospedal, que fue clave en su victoria en las primarias y después se lo cobró, recuerdan, colocando a numerosas personas de su confianza como cargos del partido.

María Dolores de Cospedal, que ayer por la noche llegaba al Congreso para votar y proclamaba no estar preocupada por este asunto mientras aseguraba sentirse "absolutamente" respaldada por el partido, no ha acudido a la sesión de control de hoy.

Fuera del Congreso, otros dirigentes del partido hablaban del asunto, como Alberto Núñez Feijóo. "Ni conozco los audios, ni me preocupan mucho", ha subrayado el presidente gallego, quien ha recordado que Villarejo está sometido a un sumario judicial, en el que se deberá dirimir si los audios son "legales, ilegales o paralegales".

Y en medio de toda la polémica, la defensa del propio Villarejo ha hecho público un comunicado en el que el excomisario cree que las "sesgadas filtraciones" de sus grabaciones sobre "actividades privadas irrelevantes desde el punto de vista penal", tienen la "clara intencionalidad de atacar a contrincantes políticos" y alerta del daño "irreparable al interés nacional" que están provocando.

El abogado de Villarejo, Antonio José García Cabrera, expone estas sospechas del excomisario y lamenta además que las filtraciones estén coincidiendo "con hitos decisivos" en la evaluación de la concesión de la libertad provisional a Villarejo, en prisión desde hace casi un año.