José Manuel García-Margallo, exministro de Asuntos Exteriores con el PP, ha criticado el acuerdo alcanzado por el Gobierno sobre la declaración política de la Comisión Europea para que España tenga capacidad de veto sobre cualquier futuro acuerdo con la Unión Europea para Gibraltar, afirmando que ese blindaje son solo "declaraciones de buenos deseos".

"No puede compararse con el valor jurídico que tiene el acuerdo de retirada, con los artículos 3 y 184", ha asegurado Margallo sobre el documento anejo de la Comisión Europea y el Consejo sobre futuras negociaciones de Gibraltar. "Empezamos perdiendo, pero podemos remontar si las cosas se hacen bien a partir de ahora", ha manifestado en una entrevista en Antena 3, recogida por Europa Press.

Según el exministro, España debe hacer lo que hizo Reino Unido cuando comenzó las negociaciones con Irlanda del Norte en materia de independencia. "Hay que fijar por ley que es lo que nuestros legisladores pueden o no hacer", ha alegado.

Igualmente, el exministro ''popular'' ha indicado que se debe prohibir por ley cualquier concesión que no se da a otros territorios ajenos a España, "a no ser que se acepte el régimen de cosoberanía". Tras estas negociaciones, Margallo entiende que el Gobierno debe reiterar su oferta inicial.

"Lo que me importa ahora es que aprovechemos el tiempo, no nos dejemos meter otro gol y recuperemos lo que nos fue arrebatado", ha zanjado.

DOS DECLARACIONES

El compromiso de interpretar el Tratado de Retirada negociado con Londres como reclama España ha quedado recogido en dos declaraciones de los 27 y la Comisión Europea recogidas en un anejo a las actas del Consejo europeo celebrado este domingo en Bruselas para validar el acuerdo de divorcio y marcar el camino para las negociaciones de la relación futura.

Para el Gobierno español era imperativo que fueran modificados tanto el artículo 184 del Tratado de Retirada como la redacción de la declaración sobre futuro, con el objetivo de introducir la "claridad jurídica" sobre el estatus de Gibraltar que, en su opinión, había quedado diluida a petición de la primera ministra británica, Theresa May.

Finalmente, ninguno de los dos textos negociados con Londres han sido modificados por temor a reabrir la negociación y complicar el proceso de ratificación y se ha optado por añadir declaraciones paralelas en las notas a las actas de la reunión.