El Gobierno español ha lamentado la muerte este viernes del expresidente de Colombia Belisario Betancur, del que ha recordado sus estrechos vínculos con nuestro país.

"El Gobierno desea subrayar, especialmente, los estrechos vínculos del epresidente con España y su contribución constante a la amistadhispanocolombiana", indica el Ejecutivo a través de un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.

En concreto, destaca que en 1983 le fue concedido el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional por su participación en el Grupo Contadora por la paz en Centroamérica y que además fue presidente de la Fundación Carolina en Colombia. En 2007 fue galardonado con el Premio Internacional Menéndez Pelayo. Fue distinguido, también, con el Collar de la Orden de Isabel la Católica y el Gran Collar de la de Carlos III.

Como reconocimiento último a su trabajo en favor de las relaciones entre ambos países, en 2012 el Gobierno de España le concedió la nacionalidad española por carta de naturaleza.

El Gobierno ha subrayado además "su muy destacada talla intelectual, su perfil humanista y sus esfuerzos en la búsqueda de la paz durante su mandato como jefe de Estado".

PRESIDENTE CONSERVADOR

Betancur --presidente entre 1982 y 1986-- murió el viernes a los 95 años de edad a causa de los problemas renales que sufría desde hacía unos meses. El líder conservador será recordado por ser el primer jefe de Gobierno en abrir negociaciones con las guerrillas para firmar la paz.

Betancur vivió como periodista y político los años de la violencia entre los partidos conservador y liberal y el surgimiento de las guerrillas y del narcotráfico como negocio trasnacional con Pablo Escobar, fundador del Cártel de Medellín, como protagonista.

Ya como presidente, le tocó declarar la guerra al ''narco'' después de que un sicario de Escobar asesinara a su ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla, acribillándole a balazos cuando circulaba con su coche por las calles de Bogotá el 30 de abril de 1984. En respuesta, recuperó la extradición, suscitando una dura respuesta de los cárteles.

Bajo su Presidencia ocurrió también uno de los episodios más crudos del conflicto colombiano: la toma del Palacio de Justicia, por la que pidió perdón años después. El 6 de noviembre de 1985 guerrilleros del M-19 --hoy desmovilizado-- asaltaron la principal sede judicial del país provocando la intervención de policías y militares. Tras unas 30 horas de combates, 98 personas murieron y once desaparecieron, de las cuales ocho siguen en paradero desconocido.

Una de sus primeras decisiones como inquilino de la Casa de Nariño fue explorar un proceso de paz con las numerosas guerrillas que por aquel entonces actuaban en Colombia, para lo cual promulgó una ley de amnistía que se tradujo en una gran pérdida de apoyo político, también dentro de su propio partido.

Todos los presidentes que le sucedieron, incluido Álvaro Uribe, una de las voces más críticas con el actual proceso de paz, se sentaron a la mesa de negociaciones con las guerrillas o al menos lo intentaron para acabar con la lucha armada en Colombia.

Finalmente, en 2016 el Gobierno de Juan Manuel Santos logró firmar la paz con las FARC --la mayor guerrilla de Colombia-- y después retomó las negociaciones con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) --la segunda--, aunque su sucesor en el cargo, Iván Duque, las ha paralizado.

En sus primeros años fue embajador de Colombia en España y, tras abandonar la Presidencia, encabezó la Fundación Santillana para Iberoamérica y la Fundación Carolina en Colombia.

En calidad de expresidente, Betancur mantuvo un discreto papel ceremonial, silencio que solo rompió de forma esporádica para expresar su apoyo a procesos de paz posteriores.