El no a la independencia (con un 39 %) ganaría frente al sí (31 %) en un hipotético referéndum sobre la independencia del País Vasco, con un 15 % de abstención y un 13 % que no se pronuncia.

Este es uno de los datos del Euskobarómetro, el sondeo que realiza desde 1995 la Universidad del País Vasco y que ha sido presentado hoy en Bilbao por su director, el catedrático de Sociología Francisco Llera.

Hace cuatro años había un empate técnico entre el sí y el no, de manera que desde entonces los contrarios han ido ganando posiciones. No obstante, el ''no'' ha bajado respecto a hace un año, con un retroceso interanual de ocho puntos hacia la abstención.

Llera ha interpretado que hace un año el "proceso" catalán estaba en pleno auge y por eso había más sensibilidad y subió el "no" a máximos. "El ''sí'' a la independencia siempre está movilizado, pero el ''no'' crece cuando se ve una amenaza".

"La sociedad vasca considera que el proceso catalán está muy lejos, y cuanto más lejos mejor", ha insistido Llera.

El rechazo a la independencia se reforzaría en caso de que ésta supusiese una salida de la UE, una pérdida de posiciones en el mercado español o que Navarra o Álava se quedaran fuera. En estos los casos, el ''sí'' se reduciría al 26 %, 23 %, 18 % y 14 %, respectivamente.

Pero no es un asunto que apasione a los vascos: su principal preocupación es el empleo, y el debate sobre la reforma del autogobierno que desde hace años se da en la ponencia del Parlamento Vasco no interesa al 74 por ciento de los vascos, ni siquiera a los nacionalistas.

El sondeo también ha preguntado por la política de acercamiento selectivo de los presos de ETA a cárceles del País Vasco o provincias limítrofes puesta en marcha por el Ministerio del Interior, que apoya una amplia mayoría -el 73 por ciento-, mientras se rechaza -un 56 por ciento- la postura contraria a los traslados expresada por algunos colectivos de víctimas del terrorismo.

Los vascos aceptan los traslados, apoyarían la reinserción individual, la aplicación selectiva de beneficios penitenciarios o el retorno de los activistas huidos, pero la amnistía para los presos de ETA sigue contando con el rechazo mayoritario.

Además, un 40 por ciento de los vascos consideran a los presos de ETA como "políticos", y otro 40 por ciento rechazan este calificativo.

Para una amplia mayoría de más de dos de cada tres (67 %) deben desaparecer pintadas y carteles de enaltecimiento de ETA y sus activistas, y algo parecido sucede con el rechazo mayoritario a los homenajes y recibimientos públicos a miembros de ETA excarcelados, por considerarlos contraproducentes para la reconciliación (58,1 %).

Por último, la nota que obtiene el Gobierno Vasco vuelve a superar el aprobado (5,3), aunque ha bajado una décima en el último semestre.

La gestión del Gobierno socialista de Pedro Sánchez sólo convence a una minoría de la sociedad vasca, aunque gana bastante respecto al anterior de Mariano Rajoy, que tenía un índice de desaprobación del 90 por ciento.

Entre los líderes políticos, ninguno obtiene un aprobado. El primero es el lehendakari Urkullu (4,8, tras un descenso de una décima).

El sondeo fue realizado entre los días 15 de octubre y 9 de noviembre, con 1.200 entrevistas individuales a domicilio.