El Gobierno ha iniciado hoy el cambio de nombre del aeropuerto barcelonés que pasará a llamarse Josep Tarradellas Barcelona-El Prat para transmitir un mensaje de "concordia, entendimiento, diálogo" y hacer un "reconocimiento" a quien fue el primer presidente de la Generalitat en democracia.

Así lo ha expresado la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, en la que ha informado de que este cambio de denominación ha sido comunicado a la Generalitat y a los municipios afectados, Barcelona y El Prat, además de a la familia de Tarradellas.

Sobre si este cambio de nombre ha generado malestar en el Govern catalán, Celaá ha explicado que se ha consultado con los familiares y los ayuntamientos y, por lo tanto, el Gobierno considera que "tiene un nivel de acuerdo más que razonable" para esta nueva denominación de El Prat.

El Ejecutivo ha destacado, en una nota de prensa, el compromiso de Tarradellas con un catalanismo "integrador y constructivo", así como su altura moral y su sentido de Estado que son hoy "un ejemplo" para todos los demócratas, por lo que considera que su memoria merece ser honrada y reconocida como parte del patrimonio común.

También que, durante sus años como presidente de Cataluña en el exilio, Tarradellas se esforzó al máximo para preservar la institución de la Generalitat de cualquier "influencia partidista" y por prestigiarla como institución representativa de "la totalidad de los catalanes".

Tras tomar conocimiento hoy el Consejo de Ministros de un informe al respecto, el proceso para cambiar el nombre del aeropuerto barcelonés seguirá los trámites administrativos que implica cualquier cambio de denominación de una infraestructura del Estado, según ha explicado la ministra de Política Terrritorial, Meritxell Batet.

El cambio coincide con el 30 aniversario del fallecimiento del presidente de la Generalitat Josep Tarradellas cuya relevancia histórica y reconocimiento por la sociedad española es "incuestionable", según recuerda el Gobierno.

Así, destaca que su papel en la Transición y en la recuperación del autogobierno catalán fue "trascendental", al contribuir de forma "esencial" mediante el clima de diálogo y concordia que propugnó.

Tarradellas fue presidente de la Generalitat de Cataluña en el exilio entre 1954 y 1977, y su regreso a Cataluña en calidad de presidente de la Generalitat provisional fue clave tanto para la recuperación del autogobierno como para la reconstrucción de la democracia en España.