La líder de Podemos Andalucía, Teresa Rodríguez, ha pedido, ante la proximidad de su parto, que se aplace el juicio fijado para el 27 de febrero contra el empresario Manuel Muñoz Medina por presuntos delitos de atentado a la autoridad y contra la integridad moral, al simular besarla en un acto de la Cámara de Comercio.

Según confirmaron fuentes del caso, también el acusado ha solicitado el aplazamiento del juicio señalado en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Sevilla por motivos de salud, ya que tiene programada una operación los días previos.

Ambas partes han presentado ya formalmente sus solicitudes y, aunque el tribunal aún no se ha pronunciado, al haberlo pedido tanto la denunciante como el acusado y tratarse de motivos justificados -la fecha prevista para que Teresa Rodríguez dé a luz es el 28 de febrero- es previsible que la Audiencia acceda y fije una nueva fecha.

La Fiscalía de Sevilla y la acusación particular consideran los hechos constitutivos de un delito de atentado a la autoridad y otro contra la integridad moral y han solicitado un año y nueve meses de cárcel para el acusado, además de una indemnización para la diputada autonómica de 6.500 euros y una multa de 1.200.

Los hechos ocurrieron el 20 de diciembre de 2016 durante la celebración de la copa institucional de Navidad en la sede de la Cámara de Comercio de Sevilla, cuando Rodríguez subió al primer piso a saludar al presidente de esta institución.

En la escalera, se cruzó con el acusado, entonces vocal de la Cámara de Comercio -cargo del que fue cesado tras la denuncia-, quien, según la Fiscalía, "con la intención de menoscabar su dignidad como mujer y sabedor de su condición y de la actividad que desempeñaba, se dirigió a ella, rodeándola con su brazo derecho por la espalda, llegando a empujarla, mientras ponía su mano sobre la boca" y simulaba besarla.

En su declaración en el juzgado de instrucción, Muñoz Medina aseguró que fue "una broma" que se permitió gastarle a Rodríguez "porque es de Cádiz y allí las chirigotas hacen chistes hasta del Rey", unas declaraciones que provocaron que la dirigente de Podemos lamentara sentirse doblemente humillada por ser mujer y de Cádiz.

En el auto de procesamiento del empresario, la instructora rechaza que lo sucedido "responda a una broma", al contrario que la defensa, que pide la libre absolución del empresario insistiendo en que todo fue "una broma, a lo sumo de mal gusto gastada por quien llevaba alguna copa de más".