El Gobierno de Pedro Sánchez ha puesto hoy sobre la mesa unos presupuestos en los que empeña su futuro político y con los que envida a toda la oposición para que los apoyen o asuman la responsabilidad de un país sin cuentas del Estado.

Y sea cual sea el futuro de este proyecto de ley, le sirve ya al Ejecutivo socialista de carta de presentación ante próximas citas con las urnas.

"Sé que va a ser un año muy próspero". Con esta optimista frase ha abierto la portavoz del Ejecutivo, Isabel Celaá, la comparecencia de prensa posterior al Consejo de Ministros que ha dado el visto bueno a los presupuestos. Y ha subrayado que estas cuentas son ese "nuevo impulso" que quiere dar el Gobierno a su proyecto político.

Dos días después de cerrarse el acuerdo en Andalucía que hará presidente al popular Juanma Moreno con los votos de Ciudadanos y Vox, Celaá se ha abstenido esta vez de hablar del asunto -alertó de dicho pacto en su última rueda de prensa del año-, pero ha lanzado numerosos mensajes contra esa España en "blanco y negro" que algunos, ha dicho, defienden.

Ha insistido después en que estos presupuestos -los primeros del Ejecutivo de Sánchez- rescatan derechos "maltratados" durante años por el Gobierno de Mariano Rajoy o sirven, en suma, para "blindar el estado de bienestar".

Y de un "punto de inflexión claro" en la política presupuestaria ha hablado la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, durante su exposición, al subrayar que, al contrario de lo que ha venido defendiendo el PP en todos sus presupuestos, el Ejecutivo socialista demuestra que es "compatible" la consolidación fiscal con el aumento del gasto público y la redistribución de la riqueza.

Montero, además, ha tratado de echar por tierra la tesis de PP y Ciudadanos, que defienden bajadas generalizadas de impuestos, al señalar que en un país el debate sobre la fiscalidad es "nuclear" y ésta debe ser "justa y progresiva".

"No puedo dejar de advertir que quienes propugnan una carrera fiscal a la baja en realidad están defendiendo el fin de la igualdad de oportunidades y la desaparición del estado de bienestar como garante de los derechos de la ciudadanía", ha añadido la ministra tras presentar estas cuentas que incluyen una subida tributaria a las rentas más altas y a las grandes empresas.

No se ha quedado atrás en su mensaje la titular de Economía, Nadia Calviño, para quien el optimismo del Gobierno sobre la evolución económica española está más que justificado porque esa misma "visión positiva" la tienen todos los organismos internacionales y porque el crecimiento, insistía, seguirá siendo "robusto".

Y después de insistir en las bondades de estos presupuestos, las ministras han pedido a todo el arco parlamentario que se avenga a negociarlos y han advertido de los perjuicios que tiene una economía sin cuentas del Estado.

Frente a los reclamos que siguen haciendo los independentistas pidiendo gestos al Gobierno en favor de los presos del "procés" o del derecho a la autodeterminación, Isabel Celaá ha remarcado que el Ejecutivo no entrará en cuestiones que competen al poder judicial ni negociará, con estas cuentas, otra cosa que no sean los propios presupuestos.

No obstante, Montero ha asegurado que son unos presupuestos "buenos para Cataluña" y respetan tanto su estatuto como el de otras comunidades. "Quienes defienden Cataluña deberían aprobarlo", ha añadido la ministra de Hacienda.

Fuentes del Gobierno admitían tras la comparecencia que son optimistas sobre el apoyo de ERC y PdeCat, porque entre tantos mensajes cruzados del independentismo, con mayor o menor disposición a apoyar las cuentas, consideran que al final imperará "la inteligencia".

Y no se han olvidado del socio preferente del Gobierno y el único que de momento apoya las cuentas, Podemos, que hoy mismo insistía en reclamar que se cumplan todos los compromisos del pacto que Pablo Iglesias alcanzó con Pedro Sánchez.

Montero lanzaba un mensaje de tranquilidad a la formación morada y ha recordado que muchos de esos compromisos irán en otras reformas o decretos. Pero lo que tiene que estar en los presupuestos, ha asegurado, está, y así se comprobará el lunes cuando se desgranen las cuentas.

Pero no todo han sido mensajes para los socios posibles del Ejecutivo en la andadura presupuestaria.

También ha habido mucha llamada al PP y a Ciudadanos. Según Nadia Calviño, cualquier partido, incluido esos dos, tendrán que explicar "por qué no apoyan unas cuentas que combinan disciplina fiscal y políticas fiscales en beneficio de toda la ciudadanía".

Calviño, además, advertía de que, si las cuentas no se aprueban, no serán posibles los aumentos de ingresos que prevé la ley, y eso puede suponer, al final, un déficit superior.

En definitiva, el Gobierno insiste en poner la pelota en el tejado de la oposición en su conjunto para que salgan adelante estas cuentas.

Y mientras, le sirven de programa político para esta precampaña electoral que será más o menos larga, dependiendo de lo que decida hacer Sánchez.