UN DOLOR de muelas puede arruinar el sueño más profundo y placentero y conducir a la locura. Somos seres psicosomáticos y el sufrimiento pone siempre a prueba nuestra capacidad de resistencia y deriva hacia los límites del imposible. Desgraciadamente, sólo entendemos aquel que nos perturba y abate, pero, muchas veces, somos indiferentes al padecimiento ajeno, o no somos conscientes del que pasan otros seres vivos de la escala natural, que me resisto a calificar como inferiores. ¿Acaso el ser humano es la medida de todas las cosas? Y si no lo es, ¿quién nos mide? Ah, no había caído en la cuenta. Tal vez la respuesta esté en nuestros propios actos o en la manera en que vencemos al dolor propio y ajeno.