El Mercadillo del Agricultor, el Vino y la Artesanía de La Matanza de Acentejo alberga todo un escaparate del tratamiento y envasado de la castaña, un fruto típico del otoño, que en los últimos ocho años ha ganado protagonismo y presencia entre los cosecheros y consumidores. Un producto arraigado a las tradiciones culinarias del mes de noviembre, que se revaloriza con el paso del tiempo, según pone de relieve el presidente de la Asociación de Cosecheros de Castañas de Acentejo, Laureano Febles, toda una institución humana caracterizada por sus conocimientos y experiencias sobre la agricultura.

El pasado jueves se cerró la campaña de recolección y recepción de castañas, con una visita de alumnos y profesores del colegio Atalaya de La Matanza, que pudieron presenciar sobre el terreno el procedimiento de depuración, limpieza, clasificación y envasado, por personal de la asociación. El ritmo de envasado es de 1.000 kilos al día, según indicó Laureno Febles.

A pesar del clima seco reinante este año, la cosecha ha sido extraordinaria, aunque no se ha podido sustraer a la presencia de insectos. La recolección de la castaña tiene lugar entre finales de octubre y a lo largo del mes de noviembre, en función de la climatología. Si el otoño se presenta lluvioso se adelanta la recogida, pero si es seco se retrasa. Esta circunstancia, según explica, "nos ha obligado a pasar las castañas por agua para separar las impurezas de los frutos sanos, luego se seca y se clasifica con la maquinaria apropiada, una vez entregada por cada agricultor asociado. El proceso termina con el enmallado, etiquetado y empaquetado en cajas de 24 kilos, para luego venderlas a la Cooperativa de Tejina, que se encarga de su distribución en el mercado.

Este año se ha registrado una cosecha controlada por la asociación que oscila entre siete y ocho toneladas, aunque la producción es mayor, un excedente que queda fuera de cupo para la comercialización vía cooperativa. Así las cosas, Leopoldo Febles precisó que "pudimos haber recolectado más castañas, pero la producción está en función de las aportaciones de cada socio, que se determinan en el mes de agosto. De acuerdo con la cantidad que aportan los socios, negociamos con la cooperativa el contingente para la temporada".

Cada saco lleva la fecha de envasado, con lo que el cliente puede saber el tiempo de permanencia desde que se inicia el proceso de transformación hasta su exposición y venta al público. "El cliente -añade- sabe que se está comiendo un producto fresco y natural, y con unas garantías de calidad excelentes. Antes temíamos la aparición de alguna rosca, pero con el proceso de depuración con agua y la incorporación de maquinaria moderna como la que se ha instalado en el Mercadillo se ha minimizado su incidencia".

Febles hace un llamamiento a los jóvenes para que se involucren en la agricultura, como un sector estratégico que, aunque sacrificado, reporta muchas satisfacciones y representa una salida económica y de subsistencia en tiempos de crisis como los que se atraviesan actualmente. En este sentido, subrayó que el desplome de la construcción y de la actividad inmobiliaria y otros servicios está propiciando un retorno al sector primario como refugio. "Mientras había gente en la construcción y en la hostelería -explica- el cultivo de castaños estuvo abandonado, pero al fallar ambos sectores, hay que retornar al campo, por lo que hay que buscar alternativas a la gente joven que puede interesarse por esta actividad, de manera que pueda obtener una renta. Si bien el cultivo de la viña es bastante laborioso, el de la castaña apenas requiere esfuerzo, sólo la limpieza y la recogida del fruto".

La asociación comarcal (sin ánimo de lucro) acoge a 40 socios, pero está abierta al resto de los cosecheros de castañas de la Isla, y su principal objetivo es la rentabilidad y el beneficio para los agricultores. "Todo lo que se recauda -añade- es para uso exclusivo de los socios".

En Tenerife hay registradas más de 20 variedades de castañas, de las que en La Matanza se contabilizan diez variedades conocidas.

El presidente de la Asociación de Cosecheros de Castañas de Acentejo, Laureano Febles, considera ideal la consecución de una denominación de origen para este fruto, pero reconoce que se requiere seguir una serie de pautas en el cultivo y presentación del producto de acuerdo a unos niveles de calidad, desde una perspectiva de conjunto. De hecho, se ha negociado con el Cabildo de Tenerife el procedimiento de etiquetado y de identificación de la castaña de Acentejo.

El próximo día 22 tendrá lugar la Feria de la Castaña en La Matanza, que reunirá a los cosecheros del sector.