Las cruces y fuegos de mayo, la fiesta más emblemática de Los Realejos, ha sido la primera en obtener la declaración de Fiesta de Interés Turístico de Canarias, otorgada por la Dirección General de Ordenación y Promoción Turística del Gobierno canario. El alcalde realejero, Oswaldo Amaro, y la concejala de Turismo de la localidad, Isabel Pérez, expresaron ayer su satisfacción por este reconocimiento regional, creado en 2008, y anunciaron que ya se trabaja en la obtención del mismo reconocimiento a escala nacional.

La solicitud de declaración de Fiesta de Interés Turístico de Canarias para las Fiestas de la Cruz y Fuegos de Mayo reunió todos los requisitos exigidos por la Dirección General de Promoción Turística, como la relevancia promocional, la antigüedad de la celebración o su trascendencia en medios de comunicación regionales, nacionales e internacionales.

Entre los datos que recoge el informe presentado por el ayuntamiento para obtener esta declaración destacan las más de 126 apariciones en medios de comunicación escritos, audiovisuales y radiofónicos, así como en internet a través de páginas web y medios digitales durante los últimos diez años y, con especial intensidad, en el último lustro.

En cuanto a estimación de visitantes, en los últimos cinco años se han contabilizado 250.000 personas que han acudido expresamente al municipio atraídos por esta fiesta, con una media de 50.000 personas en cada edición.

En lo referente al material promocional, se han editado un total de 15.200 unidades de diferentes documentos que promocionan la fiesta, como cinco guías turísticas.

Isabel Pérez celebró ayer este reconocimiento, pero lamentó las "zancadillas" que, a su juicio, puso a la petición realejera el área regional de Turismo, gestionada por el PP. La edil nacionalista, quien apuntó que los obstáculos al nombramiento tenían una motivación "probablemente política", destacó que en un primer momento se rechazó la propuesta alegando que no se había adjuntado ninguna noticia aparecida en periódicos de Las Palmas, "cuando se aportaban apariciones en medios regionales, nacionales e internacionales".

Miles de turistas y visitantes acuden en el Día de la Cruz a admirar los monumentos florales que los realejeros levantan a los pies de todas las cruces de la localidad, aunque especialmente a las elaboradas en las calles de El Sol y El Medio, y las de La Cruz Santa, un lugar donde se vive de forma distinta una hermosa costumbre, que consiste en adornar pequeñas cruces domésticas que durante el año custodian en la intimidad hogareña, para luego abrir sus puertas a todos.

Otro elemento singular en estos festejos es el tradicional "pique" de fuegos artificiales entre las calles de El Medio y El Sol. Algunos estudiosos apuntan que este "pique" se remonta a 1770 y a la existencia de dos clases sociales: los propietarios de las tierras por donde discurría la calle de El Medio, y los medianeros y pequeños campesinos de la calle El Sol.

La rivalidad entre ambas calles comienza históricamente como un día de conflicto simulado entre marqueses y campesinos. La porfía consistía en que al paso de la Cruz en procesión, cada calle encendía hogueras, humos de colores y se hacía ruido, de modo que ganaba aquella que mayores fogatas, columnas de humo o más ruido hubiera hecho. Esa tradición se ha convertido ahora en una de las mayores exhibiciones pirotécnicas de Europa.