SEGUIMOS notando un desorbitado equilibrio político que nos deja, sin lugar a dudas, en evidencia. Y voy a poner algunos ejemplos a la consideración de quienes nos leen.

Desde el Ayuntamiento de Los Realejos, que es quien debe dar la cara, con mayor eficacia si fuera posible, por lograr un mejor bienestar para todos los ciudadanos de este municipio, sólo encontramos dificultades y tropezones. Veamos, si no, dos macetones que el concejal de Servicios se ha empeñado en colocar en la calle la Alhóndiga, justo por fuera de un supermercado, para joderle al pavana ya no sólo al propietario o arrendatario del comercio, sino al mismo tiempo para molestar a quienes, por unos minutos, paraban en este lugar para adquirir cualquier artículo de necesidad, digamos arroz, azúcar, quizás un pan; y estos vecinos que, por otros motivos, allí paraban unos minutos se ven con la malicia de un concejal inepto e irresponsable que no tiene en consideración el daño que causa colocando un par de macetones justo en el lugar que había libre. Gesto que no sólo ha molestado a los arrendatarios del supermercado sino, además, a quienes allí acudían unos minutos a realizar una pequeña compra.

Son gestos que causan el rechazo y la indignación de los vecinos, porque se trata, sin ninguna duda, de hacer daño, de poner obstáculos y de crispar a los vecinos con actitudes tan salvajes como las que demuestran estos políticos, que de ningún modo están al servicio de la ciudadanía.

Políticos de esta talla sobran y deben dimitir. Hay muchas quejas sobre su forma de proceder, y parece que no quieren reconocer sus propios compañeros de partido, pero el sentir popular está en la calle, la gente se queja. La gente protesta. La gente no concibe esta forma de proceder de quienes tienen el deber moral de estar al servicio de la ciudadanía, que es quien les paga. Ellos, los caprichosos, siguen actuando a su forma, sin importarles un bledo lo que la gente diga, y así, soberanamente nos va. Cada día peor. Pero tenemos lo que nos merecemos. Unos políticos bananeros que no sienten ni les duele el municipio y sus múltiples problemas.