La Consejería de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias ha invertido más de 111.000 euros en la transformación de una antigua escombrera ilegal en un parque público y educativo. La actuación regional se ha ejecutado en el margen del barranco de El Dornajito, en el barrio orotavense de San Antonio, donde se han retirado todo tipo de residuos y se han plantado más de 400 ejemplares de decenas de especies autóctonas.

El margen del barranco que linda con el popular barrio de San Antonio y sus centros educativos han experimentado una profunda transformación en el último año. En un área de 2.100 metros cuadrados, la empresa Gesplan retiró escombros, chatarra y basuras; aplanó el terreno y lo rellenó con tierra fértil antes de proceder a plantar ejemplares propios de la laurisilva, el fayal brezal y otros pisos vegetales como el basal o el bosque termófilo.

El objetivo del proyecto, respaldado por el Ayuntamiento villero, es crear un sendero educativo que sirva a los estudiantes para conocer las especies propias de la Isla.

Próximo curso escolar

Técnicos encargados de la iniciativa consideran que la zona contará con una vegetación abundante y de porte considerable en un plazo de un año o año y medio. Las actividades en esta zona verde y didáctica podrán comenzar el próximo curso escolar, según indicaron ayer tanto el alcalde villero, Isaac Valencia, como el director general de Medio Natural del Gobierno de Canarias, Francisco Martín León.

Valencia aseguró que "si este entorno se cuida como es debido podrá convertirse en otro pequeño bosque como el de La Marzagana". El consistorio se plantea convertir esta zona en una futura área recreativa.

Martín León recalcó la alta tasa de éxito de la plantación realizada en El Dornajito, "donde apenas hemos perdido el 3% de los ejemplares". Entre otras especies, se han plantado en este rincón de San Antonio viñátigos, almácigos, laureles, mocanes, verodes, dragos o palmeras canarias.

El edil orotavense de Medio Ambiente, Manuel Ángel Martín, también subrayó que la iniciativa "aparte de eliminar un impacto ambiental contribuye a mejorar la seguridad en el entorno del barranco en caso de lluvias torrenciales y riadas".

El Ayuntamiento de La Orotava se encargará del mantenimiento de esta zona verde, repoblada íntegramente con ejemplares del vivero de Aguamansa.