El III Beñesmén de San Juan de la Rambla llenó ayer de aborígenes canarios las calles del núcleo de San José. Casi 300 personas, ataviadas con reproducciones de las vestimentas de los antiguos pobladores de las Islas, participaron ayer en un recorrido por las tradiciones más destacadas de los majos o mahos de Lanzarote y los aborígenes de otras Islas.

La comitiva partió de Los Lavaderos de La Vera, donde el Grupo de Guanches La Candelaria del municipio de Icod y vecinos rambleros representaron la llegada de Lancelotto Malocello a Lanzarote, la antigua "Titeroygatra".

El recorrido continuó durante la tarde acompañado por grupos de tajaraste y de música con inspiración aborigen de los Hachitos de Icod de los Vinos, pastores con sus rebaños, un grupo portuense de toque de bucios y grupos de mahos. Alrededor de dos mil personas presenciaron el desfile y las distintas representaciones.

En diversos puntos del recorrido, los aborígenes representaron la recolección de comida, el movimiento alzado de un conjunto de aborígenes, la historia de Guadarfía y el poblado de Zonzamas, la prueba del humo de la princesa Ico, el pastoreo o el acto del Chaurero.

En el Recinto Ferial de Los Canarios, la celebración concluyó con la ceremonia del Beñesmén. En este espacio, un grupo de guanches de Arico, de la Asociación Cultural Ichazagua, evocó el modo de vida en el hogar y hábitat de los guanches, la vivienda, la alimentación, el fuego, los útiles de pesca, la ganadería y la agricultura, la música y la vestimenta.

El acto religioso del Beñesmén incluyó la representación de la obra El Mundo Aborigen, el ordeño de las cabras y la lectura del ritual aborigen. Tras el baile del cuatro y la exhibición de juegos y deportes autóctonos, la jornada concluyó con una degustación de productos canarios.