La playa de Los Patos podría cerrarse, paradójicamente, cuando cuenta con los accesos más seguros de las últimas décadas. El camino que la comunica con El Bollullo está en buen estado y cuenta con vallas o muros de protección en todo su trazado. El acceso más utilizado, a través del barranco situado junto al camino San Diego, ha sido desbrozado de maleza y acondicionado por el Cabildo insular recientemente. Incluso se han colocado vallas de madera en la zona más peligrosa.

La parte final del trayecto, la que comunica la parte alta del acantilado con El Pozo, cuenta desde hace unos dos años con una escalera rehabilitada y muros de protección. Durante muchos años, esta escalera permaneció destruida parcialmente y no había muros. Entonces el riesgo de caída era enorme.

El único problema actual está en la parte final del camino hasta la arena de El Pozo. Existen varias veredas de bajada sin acondicionar, pero si se opta por descender por las rocas junto a la galería el riesgo es mínimo. Los otros senderos de tierra que continúan a través de la ladera carecen de vallas y tienen el firme inestable.

Para dejar el acceso en buen estado, en Los Patos bastaría con acondicionar y vallar el tramo de camino que va de la escalera a El Pozo, apenas treinta o cuarenta metros de vereda ya marcada en su mayor parte.

La playa de Los Patos, a la que es recomendable acceder con la marea baja, tiene una longitud de mil metros y una anchura media de 45 metros, según datos del Ministerio de Medio Ambiente del Gobierno de España.

Al encontrarse al pie de un acantilado, existe riesgo de desprendimientos, como también ocurre en las playas de El Ancón y El Bollullo, ubicadas en un entorno natural no urbanizado.