EN EL AÑO 1910 se hizo una jura de bandera en La Orotava. Más tarde hubo otros actos militares. Este coronel que suscribe tuvo el orgullo y el honor de mandar otra jura en la plaza del ayuntamiento de la amable ciudad. Y, por cierto, con tal profusión de noticias que el ruido de un grupo de jóvenes antimilitaristas quedó ensombrecido porque sus voces para reventar el acto las apagó al instante el numeroso público que abarrotaba la plaza. Hablo del año 1990, es decir, de hace cuatro días.

Hace cuatro días parece que la cosa ha cambiado bastante porque de la jura de la que hablo hoy, la del pasado mes de septiembre, misma villa, mismo alcalde y otra masiva asistencia de público, lo que más se difundió fue la actuación de las Fuerzas de Orden Público por el alboroto de ¿los mismos jóvenes?, esta vez pertenecientes al grupo IpO.

Hipo me da tener que volver a preguntar por qué los que piensan de forma distinta no organizan sus singulares eventos aparte. La contestación es clara: no tienen la entidad suficiente para hacerlo solos y se publicitan a costa de los demás. Lo que no tiene explicación es que 23 días después de la fascista y dictatorial actuación del grupúsculo, el señor alcalde, respetuoso con las Fuerzas Armadas, apoyara esta insólita moción en su ayuntamiento y con su Coalición Canaria: "¡Por el Valle que no aparezca un soldado más!" (?).

Una vez más, David vence a Goliat, pero en este caso en lo negativo porque es el grande el que quiso ser graciable y agradecido poniendo y exponiendo sus "fuerzas" con el mayor cariño al paisano, y es el "débil" el que desoye, niega y rechaza. Y con sus ¿inofensivas? voces logra que el buen hacer y la buena voluntad se vengan abajo.

A mayor abundamiento de esta triste crónica les remito al artículo que escribí a los hermanos Carmelo/Martín Rivero, a la sazón directores de La Gaceta, con fecha 23 de mayo de 1990, titulado "Así no se hace". Igualmente, una carta a los villeros publicada en EL DÍA (17-07-06) con motivo del democrático derrumbe de símbolos del anterior régimen titulado "De valle en valle". Y siento no encontrar el que hace un par de años escribí cuando se aprobó también arrancar el nombre de cinco calles, dicen, franquistas, para también muy equilibradamente, cambiarlos por el de cinco mujeres republicanas.

Querido alcalde y amigo Isaac: si antes fueron derrumbes físicos, este último creo que ha dado de lleno en el corazón y en el sentir de los mandos y sus sorprendidos soldados. A mis amigos villeros de la alta alcurnia, empresarios, comerciantes, hoteleros y plataneros, volverles a repetir: "Allá ustedes con su silencio, pero cuidado cuando empiece el ruido revanchista del pico y la pala en los blasones de vuestras propias mansiones".

Me imagino que ya no habrá más juras de bandera ni que soldados del Regimiento de Infantería Tenerife 49 pisen con orgullo y emoción las impresionantes alfombras del Corpus. Pero no se preocupen, señor alcalde y villeros todos, porque si algún día -¡Dios no lo quiera!- se produjera alguna catástrofe, inundación o incendio en el mundialmente famoso Valle de La Orotava, ya saben que los primeros en acudir allá a donde se les requiera serán los jóvenes soldados destinados en esta Isla… dicen que amable.

Este que lo es