LA ASOCIACIÓN de vecinos Las Dos Palmeras está agotada, diezmada y casi clausurada, pues a nadie se le escapa el pobre alumbrado que vemos en el casco histórico del Realejo Bajo, que, queramos asumirlo o no, va perdiendo, cada vez más, categoría como zona o lugar BIC. Y es que aquí ni a los vecinos de este lugar les interesa entrar al trapo dada la forma en que el Ayuntamiento de Los Realejos trata a este núcleo poblacional y todo lo da por bueno sorprendentemente.

Por consiguiente, el Realejo Bajo lo vemos más pobre que nunca en estas fiestas navideñas, donde, además, el concejal de Fiestas parece que le ha negado su colaboración, dado que el alumbrado navideño es el peor y menos considerado del municipio si lo comparamos con el que vemos en la avenida de Los Remedios, en el Realejo de Arriba, o en otras calles del municipio. De aquí el acierto de que "de tal palo, tal astilla".

Y todo porque la asociación Las Dos Palmeras ha perdido toda su credibilidad desde que hace tres años tomara la presidencia un señor al que nunca le han dolido ni el Realejo Bajo ni los problemas que pueda tener este lugar, mientras que los vecinos deben de estar muy contentos con el procedimiento del presidente, ya que ni siquiera se oponen a esta forma de proceder.

Y si así lo quieren, así lo tienen; pero creo que no es el momento de poner el zapato en el cuello de nadie, mientras que a los políticos los vemos por estos lugares cuando algo les da olor a concurrencia pública o a actos religiosos, convirtiéndose en simples "monaguillos" espontáneos en busca de un voto cuando ya tienen todo perdido.

En fin, un año más vemos cómo ni siquiera en estas fechas de la Navidad existen políticos honestos que le den más valor e importancia al casco histórico del Realejo Bajo, dejándolo de la mano como siempre.