El Centro de Iniciativas y Turismo (CIT) del Puerto de la Cruz tuvo la feliz idea, en el mandato de uno de sus presidentes más sobresalientes y emblemáticos, Gerardo Gleixner, de premiar la fidelidad de los visitantes de la ciudad, a la sazón clientes de la industria hotelera, en el último tercio del siglo pasado. Un aspecto que fue constatado por el también expresidente Juan Topham Wildrept, al finalizar la entrega de las medallas y diplomas a los turistas repetidores o asiduos, con hasta 50, 45 y 40 estancias, los más veteranos, como lo acreditaron los señores Kaiser y Pettersen, de Alemania; y Bartel, de Gran Bretaña, respectivamente, el pasado martes, en el emotivo acto celebrado en las Casas Consistoriales, que reunió a 42 galardonados alojados, en esta ocasión en los hoteles Garoé, Sol Puerto Playa, Parque San Antonio, Marte, Monopol, Trianflor Chimisay, Sol Meliá Puerto, Tigaiga y Bahía Príncipe San Felipe y los apartamentos Park Plaza, Pez Azul y Bellavista.

De todos los distinguidos, sólo había un matrimonio español (Pamplona), el de Joseline Pla Vallés y José Antonio San Martín, que se hizo acreedor de la medalla de bronce por haber escogido el Puerto de la Cruz como su lugar preferido para sus vacaciones en quince ocasiones.

Doña Joseline Pla indicó a EL DÍA que vinieron al Puerto de la Cruz por primera vez hace 17 años y explica que entonces se habían propuesto dividir las vacaciones entre Palma de Mallorca y Tenerife, pero "al llegar a la Isla nos encantó tanto que se ha convertido en nuestro destino preferido. Nos encantó desde el primer momento y mi marido y yo no nos hemos podido desprender de ella. Siempre escogemos el mes de febrero para venir, sobre todo para presenciar los carnavales, que son una auténtica maravilla y dignos de ver. No obstante, este año no podremos disfrutarlos en su totalidad, porque adelantamos nuestro regreso. De hecho, ya hemos pasado cinco semanas en el Puerto de la Cruz y Tenerife. Nuestra estancia se suele prolongar por un mes o cinco semanas por regla general desde que empezamos a venir a Tenerife, porque nos encontramos muy a gusto. En Tenerife nos sentimos como en nuestra propia casa y siempre nos han dado mucho cariño".

Entre los aspectos que les cautivaron de Tenerife, subrayan la hospitalidad y el cariño de los isleños, la calidad de los servicios turísticos y hoteleros, las atenciones y la belleza incomparable de los paisajes y la variedad de microclimas. Asimismo, les ha impactado, en muchas ocasiones, la suavidad del clima en invierno, los contrastes que se dan en esta época, como poder disfrutar de la nieve en las Cañadas del Teide y pocas horas más tarde o días después darse un chapuzón en la playa o tomar el sol plácidamente". Ese contraste es aún mayor cuando se compara el clima en gran parte de la Península en invierno con relación a las Islas Canarias, concretamente el Puerto de la Cruz.

El trato dispensado por el hotel figura entre los hechos más relevantes de sus estancias en la ciudad turística y no escatimaron elogios para el personal y dirección del establecimiento en el que están alojados hasta hoy domingo, como lo es el hotel Sol Meliá Puerto. "Hemos tenido la suerte de encontrarnos con una gente cariñosa -puntualiza Joseline Pla- que se deshace en atenciones, desde el director hasta el jardinero. Modestamente, consideramos que las claves de un destino turístico están en la receptividad de sus gentes y en el factor humano en la prestación de servicios, que abarca desde los transportes, el comercio, o la restauración, hasta la propia hostelería y medio ambiente urbano y natural.

Joseline Pla y Antonio San Martín destacan el cambio experimentado en la fisonomía urbana, infraestructuras y equipamientos del Puerto de la Cruz en el curso de estos últimos 17 años. Lo más llamativo para ellos, a modo de ejemplo, se centra en la reforma de la red viaria y en la modernización del mobiliario urbano en calles como Valois, Zamora, Mequinez, San Felipe, Iriarte y Santo Domingo; la apertura al mar del Mirador de Punta del Viento, con la desaparición del muro y su sustitución por vallas transparentes, o la primera fase de la urbanización del futuro parque marítimo municipal. En esa línea formulan una comparativa sobre lo que eran antes y ahora las avenidas de Colón y Familia Betancourt y Molina, lo actuado en la plaza de los Reyes Católicos o el traslado del Casino Taoro al complejo turístico de Martiánez.

Aseguran que, pese a los inconvenientes que toda obra conlleve, aprecian una mejora en la conformación de las tiendas y mayores niveles de prosperidad en el comercio, aunque un tanto lastrado por la crisis económica y expresaron su deseo de que prosperaran las iniciativas para el desarrollo y expansión de la ciudad, como la construcción del futuro muelle deportivo y pesquero y parque marítimo.