Asociación de Pequeños y Medianos Empresarios del Valle de La Orotava (Apymevo) y la Asociación de Viticultores de Tenerife (Asviten) han impulsado una reunión con la Viceconsejería de Administración Pública del Gobierno de Canarias, el Cabildo de Tenerife y varios ayuntamientos de la Isla para abordar la regularización definitiva de los populares guachinches. Este encuentro clave para decidir el futuro de estos establecimientos se celebrará el próximo día 16.

Apymevo y Asviten pondrán sobre la mesa la petición de que se introduzca la figura del guachinche en el nuevo reglamento de empresas clasificadas, que está en proceso de desarrollo en la actualidad. El objetivo de ambas entidades es que se regularice de forma definitiva el funcionamiento de unos negocios que, si sale adelante esta propuesta, solo podrían vender vino de producción propia, agua y un máximo de tres platos de comida.

El máximo responsable de Apymevo, Fernando Plasencia, aseguró ayer a EL DÍA que en ese encuentro se sabrá si los técnicos y políticos del Gobierno de Canarias respaldan esta propuesta o plantean otra. "Nuestra intención es regular la actividad de los guachinches, para que no se pierda esta tradición, pero dentro de un orden y un marco legal claro", apuntó.

A juicio de Plasencia, "esta reunión será el último paso para aclarar qué va a pasar con los guachinches: si se mantienen de una forma regulada o desaparecen".

"El censo aproximado de guachinches en Tenerife sobrepasa los mil y ya no se ubican solo en el Norte, sino que se han extendido al Sur", destaca el dirigente de Apymevo.

Plasencia señala que cuando se sepa si se regulan los guachinches o no, "entonces ya se podría proceder a realizar denuncias contra estos establecimientos ilegales, que no alegales".

"Ante la falta de interés de los políticos, Apymevo y Asviten han decidido coger el toro por los cuernos y solicitar este encuentro para regular la actividad y terminar con el riesgo y la competencia desleal que supone la existencia de más de mil empresas ilegales de restauración. Un riesgo que tiene a los técnicos preocupados. Saben que esto tiene que acabarse porque se trata de una ilegalidad permitida y si se produce una intoxicación en un guachinche, se podría montar un escándalo nacional", advierte.