Cuando Wolfgang Kiessling planificó la nueva entrada de Loro Parque tuvo claro que debía tener un aspecto exótico. Tras visitar varios países, decidió recrear la arquitectura tradicional de Tailandia, pero para ello necesitó obtener un permiso de la familia real del país asiático, encontrar artesanos capaces de elaborar a mano todas las piezas y traerlas en barco hasta Tenerife. Trabajadores tailandeses viajaron a la Isla para montar las espectaculares estructuras en el Puerto de la Cruz y aquella construcción se convirtió en el mayor pueblo tailandés construido fuera de Tailandia. Y fue así hasta que Kiessling repitió el proceso y creó un pueblo thai aún mayor en Siam Park.