El historiador de la Universidad de Harvard Álvaro Santana-Acuña afirma que las obras previstas en la plaza de la Catedral de La Laguna destruirán "un monumento emocional" de la ciudad, el estanque de los patos, y asegura que en el lugar ya había animales en 1515.

Álvaro Santana-Acuña advierte en un comunicado de que las obras en la plaza "atentan contra la memoria histórica" de la ciudad y su rico patrimonio en el uso y disfrute público del agua, animales y ajardinado.

Las obras suprimirán un "monumento emocional", el estanque con la silueta de la isla de Tenerife, además de eliminar el pavimento de losas chasneras y petriles basálticos de más de 150 años de antigüedad, y los asientos neoclásicos, conocidos como canapés, por lo que el historiador aboga por la preservación del rico patrimonio emocional y mobiliario de la plaza.

La Laguna ya contaba con un estanque, un vergel y un corral de animales en el entorno de la antigua plaza de la Catedral en 1515, reitera el historiador lagunero y docente en la Universidad de Harvard, quien ha localizado varios documentos en el archivo municipal y el archivo histórico provincial que demuestran la presencia histórica del agua y de los animales en el centro de la ciudad apenas veinte años después de su fundación en 1496.

Según explica el historiador, la Catedral ocupa el solar de la antigua ermita de los Remedios, que se comenzó a construir hacia 1515.

En esa zona estuvo durante varios años el corral del concejo, que era un recinto donde el antiguo ayuntamiento (llamado concejo) guardaba animales, como aves, cabras y ganado mayor, para el abastecimiento ocasional de la población.

Además, según revela el historiador, en esa zona existía un estanque y hasta un jardín.

La importancia del agua en la plaza ha continuado a lo largo de los siglos pues en las ordenanzas de Tenerife, a comienzos del siglo XVII, se ordenó la construcción de una fuente "con una giganta grande con los pechos descubiertos y las manos puestas en las tetas, por las cuales salgan dos caños de agua".

Y en el siglo XX se construyeron dos estanques a cada lado de la plaza, aunque el estanque junto a la calle de la Carrera tenía filtraciones y fue suprimido.