El Ayuntamiento del Puerto de la Cruz ha instalado ya pivotes metálicos para evitar que los vehículos accedan al paseo peatonal de la playa de Martiánez para aparcar en las parcelas que quedaron libres tras la demolición de las dos cafeterías.

El alcalde portuense, Marcos Brito (CC), informó ayer a EL DÍA de que dio "orden inmediata" para que se colocaran los pivotes "desde que se tuvo conocimiento de las denuncias vecinales".

El edil de Seguridad del Puerto de la Cruz, Luis Miguel Rodríguez (PP), también destacó ayer la rapidez de la actuación municipal y señaló que se seguirán tomando medidas de control por parte de la Policía Local para evitar que la zona se utilice para hacer botellón.

Según el testimonio de los vecinos, algunos conductores aprovecharon el rebaje de la acera a la altura del paso para peatones para acceder a la zona y estacionar de forma irregular en horario nocturno. El uso de estas parcelas como improvisado aparcamiento, y zona de botellón, generó quejas entre los vecinos de la zona debido a los ruidos y la suciedad que generó este uso inadecuado.

El alcalde portuense destaca que, desde que tuvo conocimiento de esta situación, dio orden de que se procediera a la colocación de varios pivotes que ahora impiden el acceso de vehículos a la zona peatonal.

En cuanto al botellón, Brito destaca que varios agentes de la Policía Local ya han realizado intervenciones en la zona, de acuerdo con la Ordenanza de Convivencia Ciudadana.

Vecinos de Martiánez, en el Puerto de la Cruz, denunciaron esta semana a EL DÍA que la parte del paseo peatonal de la playa donde se ubicaban las antiguas cafeterías se estaba utilizando como "aparcamiento nocturno, urinario y zona para hacer botellón". Estos vecinos lamentaban que el espacio libre que dejaron los inmuebles demolidos por el ayuntamiento fuera ocupado por decenas de vehículos y grupos de personas que acudían a la zona a beber alcohol y escuchar música en sus coches hasta altas horas de la madrugada.

Los vecinos se quejaban de los ruidos, la suciedad y la mala imagen que ofrecía este paseo "tanto por la noche como al día siguiente, cuando hay todo tipo de basura y malos olores". Además, alertaban de que el paso de los vehículos "deteriora el pavimento y dispersa tierra y barro".