Siete barrios del Puerto de la Cruz, donde residen unas 14.000 personas, cumplen hoy 24 días sin poder utilizar el agua de la red pública para beber ni cocinar. La actual es la cuarta restricción en el consumo de agua que sufren desde abril de 2012, cuando se hundió el techo del depósito de La Vera. El exceso de turbidez, que también dificulta la desinfección del agua, tiene solución, pero requiere tres pasos a corto y medio plazo para acabar con las aguas turbias y las restricciones de Salud Pública: la instalación de turbidímetros, la colocación de nuevos filtros y la reparación del depósito de La Vera.

El primer paso para que Las Dehesas, La Vera, Las Águilas, San Antonio-Esquilón, Las Arenas, San Fernando y Taoro-Malpaís vuelvan a tener agua limpia se quiere dar en los próximos días. La empresa concesionaria del servicio municipal en la ciudad, Aqualia, ya ha comprado nuevos turbidímetros -unos aparatos que miden la turbidez del agua-, que está previsto que lleguen de Alemania este miércoles. Su instalación es sencilla y, según esperan Aqualia y el ayuntamiento, este nuevo sistema de control permitirá detectar los problemas de turbidez a tiempo y evitar que se incumplan los parámetros legales.

La instalación de estos turbidímetros es una de las medidas complementarias que Salud Pública ha exigido a Aqualia para revisar la restricción vigente. Una vez instalados, habrá que acreditar su eficacia y reducir la turbidez a niveles aceptables. Si se logra con esos dispositivos, que permiten desechar el agua con exceso de turbidez, Salud Pública podría levantar la restricción en unos días.

El edil de Concesiones Administrativas del Puerto de la Cruz, Lope Afonso (PP), espera que los turbidímetros lleguen el miércoles y puedan estar funcionando el jueves. En ese momento se solicitará a Salud Pública que revise la situación.

Afonso confía en que la autoridad sanitaria regional pueda levantar la restricción "antes de que termine la semana".

El segundo paso, que tardará unos cuatro meses, es la instalación de cinco filtros de arena de sílice en acero de 2,5 metros de diámetro en el depósito de La Montaña, que está conectado con el de Mar Dulce.

Esos filtros costarán unos 480.000 euros y, después de duras negociaciones con el consistorio, Aqualia ha aceptado costear inicialmente su compra e instalación, aunque no se descarta que el asunto acabe en los tribunales.

Aqualia destaca que con estos dispositivos, "Puerto de la Cruz será una de las primeras ciudades de Canarias que cuente con este avanzado sistema de filtración".

El tercer y definitivo paso es la reparación del depósito de La Vera, clausurado desde abril de 2012. Aqualia y el Ayuntamiento portuense discrepan también respecto a quién debe pagar esa actuación, presupuestada en más de un millón de euros. A la espera de que el Consejo Consultivo emita su informe sobre el asunto -Marcos Brito (CC) ya ha dicho que espera que sea favorable a los intereses municipales-, el ayuntamiento ha negociado con el Cabildo de Tenerife la reserva de 1,5 millones del Plan de Cooperación Municipal, "por si, finalmente, el consistorio tiene que asumir esa obra", según aclara Afonso.

El hundimiento de parte del techo del depósito de La Vera obligó en mayo de 2012 a crear una red de suministro alternativa mediante los depósitos de Mar Dulce y La Montaña, de menor capacidad.

Lope Afonso explica que el origen de la turbidez del agua está, según Aqualia, en "la mayor carga de agua que soportan estos dos depósitos; la rapidez con la que se produce el abastecimiento, que arrastra sedimentos, y el hecho de que el agua no tenga tiempo de reposar en los depósitos".

"La velocidad del agua aumenta la turbidez y para eliminarla, lo aconsejable es que el agua repose al menos dos días en depósito, donde recibe tratamiento químico. El problema es que la demanda existente hace que el agua permanezca almacenada apenas unas horas", detalla el edil.