El expresidente del Gobierno de España Adolfo Suárez, fallecido este domingo, dejó una huella indeleble en Garachico, municipio que visitó en varias ocasiones y del que es hijo adoptivo desde 1981. Suárez dejó huella en la memoria de muchos garachiquenses, que aún destacan su carisma y cercanía, y también una huella palpable en forma de obras claves para el desarrollo de este pequeño municipio de la Isla Baja: la avenida marítima, que lleva su nombre en el tramo principal; el túnel de Las Aguas, o el puerto que no pudo concluir. Suárez fue recibido por multitudes cada vez que visitó Garachico, un pueblo que siente verdadera devoción por el político de Cebreros (Ávila) que marcó la transición a la democracia.

Suárez se comprometió a construir el puerto de Garachico y, desde Moncloa, hizo posible, en 1981, el inicio de una obra ansiada durante siglos por la localidad norteña. Su salida del Gobierno de España y la victoria electoral del PSOE dejaron el puerto de Suárez en un espigón, que aún puede verse en el nuevo muelle deportivo y pesquero, inaugurado en 2012.

Suárez también inició los trámites para la vía ronda del municipio, la avenida marítima que soporta el tráfico de la comarca. Garachico también debe a Suárez el túnel de Las Aguas, una obra que protege la vía de acceso al pueblo de los acantilados de La Culata, característica por sus numerosos agujeros.

El actual alcalde del municipio, José Heriberto González (CC), se suma a las condolencias por la pérdida del expresidente y recuerda que "para Garachico fue un importante baluarte de cara al desarrollo y la mejora de las infraestructuras. Además, no podemos olvidar el trato humano que Suárez tuvo con todos nuestros habitantes. Siempre será recordado por su amabilidad, simpatía y cercanía al pueblo garachiquense". En su honor, el municipio decretó tres días de luto oficial y las banderas del ayuntamiento ondean a media asta.

INFORMACIÓN en páginas 21, 22 y 23