Los usuarios de la zona de baño de San Telmo, en el Puerto de la Cruz, agradecen que se permita acceder al mar a pesar de las obras de reforma del paseo, pero critican la incomodidad y los posibles riesgos del acceso provisional instalado. Se trata de una pasarela de andamios muy estrecha, a unos seis metros de altura sobre el suelo, y con unas escaleras empinadas y de pequeños peldaños.

Con apenas 70 centímetros de anchura, este pasillo hacia el mar en San Telmo solo permite el paso de una persona. Si coinciden dos en sentidos opuestos, hay que dar marcha atrás. Para evitar los atascos que se producen, varios usuarios plantean la posibilidad, en serio, de instalar un semáforo que indique cuándo se puede subir o bajar.

EL DÍA visitó ayer la zona y pudo comprobar que la pasarela es demasiado estrecha, y que el suelo de plástico es algo inestable. Existe riesgo de caídas, sobre todo en los angostos y empinados tramos de escaleras, y también de golpes contra los peldaños, que están a una altura inferior a la aconsejable, y contra algunos salientes, protegidos por unos topes que se caen con bastante facilidad.

Los usuarios, en general, se toman esta pasarela como "un mal menor", aunque la mayoría cree que había alternativas mejores. Sin embargo, todos prefieren poder usar ese pasillo de andamios de 11:00 a 19:00 horas que ver cerrada la costa de San Telmo en pleno verano. "Está claro que nadie nos obliga a venir, pero el tenderete que han montado está fatal", apunta un usuario habitual.

Otros advierten del riesgo de caídas y se preguntan "quién se hará responsable luego". Unas usuarias veteranas prefieren tomárselo a broma y ven en la estrechez una oportunidad: "Así nos podemos dar achuchones".