El proyecto municipal de regeneración del Paisaje Protegido de Rambla de Castro, en Los Realejos, ha pasado ya el primer filtro europeo. El comité evaluador del programa Life Plus, que ha destacado las virtudes de la iniciativa, ha sugerido que se amplíe el ámbito de aplicación y que el presupuesto aumente de unos dos a alrededor de tres millones de euros, según informan a EL DÍA fuentes del gobierno local (PP).

En este primer estudio del proyecto, los evaluadores plantean ampliar el ámbito de actuación desde San Pedro hasta Los Roques, y no hasta el elevador de aguas de La Fajana, como estaba previsto. Esta ampliación requiere un incremento presupuestario y, previsiblemente, un aumento del plazo de ejecución de 3 a 5 años.

El principal objetivo del proyecto realejero es la recuperación ecológica de la zona para tener un ecosistema equilibrado con la flora y fauna propia del lugar.

Aparte del Ayuntamiento de Los Realejos, que es el promotor del proyecto, colaboran la Universidad de La Laguna, a través de diferentes grupos de investigación, y el Cabildo de Tenerife.

Antes de finalizar el año se debe presentar de nuevo el proyecto con las correcciones sugeridas por el comité evaluador.

Este proyecto pretende evitar una situación medioambiental comprometida: la desaparición de los bosques termófilos y de los ecosistemas costeros consolidados en la Isla. Actualmente quedan pocos reductos de ecosistemas en la isla debido a la presión urbanística.

Esta iniciativa plantea también recuperar el agua que se pierde por la multitud de caudales hidrológicos que rodean el espacio. Además de recuperar una gran cantidad de agua que continuamente se pierde al mar, se reintroduciría en el ecosistema. Usando los antiguos ingenios que todavía podrían estar activos, el agua recuperada se podría dedicar a las zonas privadas que colaboren con aumentar la zona de influencia del bosque termófilo.

Las aguas de riego filtradas en las zonas altas podrían llegar al cauce del barranco oeste, que ahora mismo está totalmente despoblado. El agua que se aprovecharía, así como los procesos de evaporación, facilitarían las condiciones en las que se podría regenerar el hábitat.

También se propone la ampliación del bosque termófilo mediante un plan de repoblación en el barranco oeste, con el asesoramiento de la ULL y de Cultesa; convenios público-privados para que los propietarios de parcelas anexas al paraje cultiven especies propias del bosque termófilo, o crear un humedal para propiciar el paso de aves migratorias.