Esta tarde, a partir de las 16:00 horas, un diablo y una diabla de tres metros de altura danzarán por las calles de Icod de los Vinos a ritmo de tajaraste. Pese a su amenazador aspecto, los diablos estarán acompañados por numerosos niños en un ambiente festivo. Se trata de la Librea de los Diablos de Las Angustias, una emblemática tradición que ya solo se conserva en la Ciudad del Drago.

El diablo y la diabla siguen danzando cada septiembre gracias al trabajo de la Asociación Cultural Librea de los Diablos de Las Angustias, un colectivo formado por una veintena de personas que ha logrado mantener viva la tradición.

El tesorero de esta entidad, José Antonio de León, recuerda que "durante muchos años los diablos eran habitualmente cargados por dos personas entrañables en el barrio: Félix Cámara y Juan Casañas, más conocido como Juan El Diablo. Desde hace dos años, el relevo lo tomaron jóvenes del barrio, ya que danzar y cargar un diablo que pesa más de veinte kilos por todo el recorrido requiere un importante esfuerzo físico".

Precisamente para aligerar el peso de los diablos, hace cuatro años se optó por abandonar el uso de materiales como papel, cartón y fibra para las cabezas diabólicas. En la actualidad son de gomaespuma, lo que reduce notablemente el peso de cada diablo, a pesar de que su estructura aún es metálica.

La asociación conserva una pareja de diablos antiguos. El resto desapareció, ya que era costumbre quemarlos al acabar la fiesta.

Esta tradición era común en otras zonas del Noroeste de la Isla durante la celebración de las fiestas del Corpus Christi, aunque en la actualidad únicamente se mantiene en Las Angustias.

Esta librea llegó a prohibirse durante la dictadura franquista porque se creía que "estimulaba la pérdida del fervor religioso". En la actualidad, y aunque parezca mentira, los diablos incluso están bien vistos por la Iglesia.

En la reciente Feria de Pinolere se estrenó un documental sobre esta tradición elaborado por Producciones Ibora y el cronista oficial de Icod, José Fernando Díaz. La Asociación Librea de los Diablos también ha colaborado en la película, que recuerda el origen y las personas responsables de mantener viva esta tradición.