El barrio portuense de San Antonio se niega a perder su principal patrimonio histórico y arquitectónico, la Casa Tolosa, una casona de propiedad municipal que alberga la ermita de San Antonio de Padua y que se encuentra en estado ruinoso desde hace años. El presidente de la asociación de vecinos Jeriguilla, Juan José Martín, destaca que la recuperación de esta casona es una de las prioridades del barrio y reclama al Ayuntamiento portuense y al Cabildo de Tenerife que impidan que la antigua vivienda de la familia White (los Blanco) se pierda definitivamente.

La historia de este barrio está ligada de forma íntima a esta casona, en la actualidad apuntalada, esquilmada y rodeada de nuevas edificaciones. Su ermita fue la ermita del barrio desde 1750 hasta los años 60 del siglo XX, cuando se construyó la iglesia. Y hasta mediados de los años 90 del siglo pasado continuó albergando oficios religiosos.

Esta casona de casi 2.000 metros cuadrados se barajó como sede del museo arqueológico, la escuela de música o una biblioteca. De momento, los vecinos del barrio prefieren no hablar de usos y centran sus esfuerzos en "evitar que se venga definitivamente abajo".

Juan José Martín y la tesorera de Jeriguilla, Estefanía González, señalan que el barrio necesita también más actividades formativas y de ocio para niños, jóvenes y mayores; la mejora del parque infantil; la instalación de baños en el skate park; la reforma del viejo inmueble de la asociación de vecinos, o que mejore la limpieza en las calles.

Superados los problemas con el abastecimiento de agua, el presidente de la asociación Jeriguilla destaca que su relación con el ayuntamiento "es buena" y valora que se atiendan las pequeñas demandas del día a día del barrio.